«Superdotada, víctima del «mobbing», busca trabajo». Este es el reclamo con el que se anuncia Mercedes Gil, una persona brillante, como atestiguan su cociente intelectual -superior a los 165 puntos-, por el que puede ser considerada «un genio», y su extenso «currículum vitae», con el que se puede llenar media página de publicidad. Pese a sus cualidades, o tal vez por ellas, sufrió acoso laboral en su último trabajo relacionado con el sector inmobiliario. Allí, ocupaba un puesto en la Dirección General de una empresa y, según explica, se encontró con problemas debido a «la envidia» en un sector «muy competitivo». Cree que es «una persona eficaz y competente», pero a la vez «tengo la costumbre de tratar a todo el mundo con dignidad y respeto». Mercedes afirma que «esta forma de ser natural, igual que produce un liderazgo, también puede producir envidias entre competidores».
A pesar de que «lo que me estaba sucediendo era horrible», no llegó a poner una denuncia por «mobbing», pues «no necesito ningún tipo de venganza». Dice que la revancha tampoco fue el motivo por el que tomó la curiosa decisión de publicar su currículum en la prensa, «sino por encontrar trabajo y tener la oportunidad de que me conocieran en otro sector distinto al que me dedicaba». Pagó más de 10.000 euros por ofrecer sus servicios a quien sepa apreciarlos. Y los efectos del anuncio no se han limitado al ámbito laboral: le ha ayudado a enfrentarse «pacíficamente con los hechos y asumir los problemas directamente». Aunque también considera que el anuncio puede haber servido para algo más: «para remover conciencias» pues «un acoso laboral es impermisible».
Con todo, «y aunque parezca mentira, no he perdido la fe en el hombre». Algunos de los e-mails que ha recibido «confirman» que la mayor parte de los españoles «son personas dispuestas a ayudar a los demás» y muchos de ellos le han mostrado su cariño y apoyo. Por todo ello, «ha valido la pena anunciarme».
Más allá de la relevancia que ha adquirido por su anuncio, Mercedes tiene otras ocupaciones. Es miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Superdotados y con Talento (Aest). Piensa que su inteligencia es «un don que tiene que agradecer». Y además de agradecerlo «a diario», lo aprovecha. Así, no sólo dedica su tiempo a atender las múltiples ofertas de trabajo que está recibiendo -«bastante interesantes y de distintos sectores»-, lleva trabajando dos años en la «viabilidad de la producción de un largometraje», cuyo guión ha escrito ella misma. Su actividad, como su inteligencia, es incesante.
ÁLVARO PÉREZ
http://www.abc.es/20071003/sociedad-sociedad/superdotada-busca-trabajo_200710030253.html
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