Las sospechas sobre el uso de información privilegiada por parte de dirigentes y accionistas del consorcio aeroespacial EADS y su filial Airbus ha traído la preocupación sobre el clima laboral del grupo y ha generado un alud de reacciones políticas y financieras.
El diario 'Le Figaro' llevó ayer a sus páginas un informe preliminar elaborado por la Autoridad de los Mercados Financieros (AMF) que apunta que una veintena de dirigentes y accionistas vendieron parte de sus acciones y consiguieron fuertes plusvalías en los meses previos al 13 de junio de 2006.
Ese día EADS y Airbus reconocieron la existencia de retrasos en el programa del avión gigante A380 y el resultado fue el desplome del valor de las acciones (hasta un veintiséis por ciento al día siguiente), sin que hasta ahora haya recuperado el antiguo nivel.
El órgano de control bursátil ha confirmado que hace un mes remitió un informe a la Justicia francesa acerca de las pesquisas realizadas hasta el momento, pero eludió comentarlo, ya que espera concluirlo a comienzos de 2008 y porque, además, los afectados no han podido ejercer su derecho a la defensa.
Según el rotativo la AMF ha detectado que en los meses previos a junio de 2006 se produjo una venta de acciones 'concomitante y masiva' de los directivos y principales accionistas, de lo que deduce que la operación no se hubiera realizado si las noticias sobre la marcha del A380 hubieran sido buenas.
Añade el dato de que catorce de los veintiún directivos no habían vendido acciones con anterioridad.
En el ojo del huracán están los que entonces eran co-presidentes de EADS, Noel Forgeard y Thomas Enders (actual presidente de Airbus), el director general delegado, Jean-Paul Gut y los integrantes del comité ejecutivo, mientras que en Airbus el informe identifica, entre otros, al que fuera director general, Gustav Humbert.
En la investigación figuran también los principales accionistas privados de EADS, el grupo francés Lagardere y el alemán Daimler-Chrysler, que en marzo de 2006 vendieron el 7,5 por ciento que poseían cada uno en el capital del EADS y lograron unos 2.000 millones de euros, respectivamente.
La noticia ha generado numerosas reacciones y ha llegado al Parlamento, donde el Gobierno conservador fue interrogado en la sesión de control por la oposición de izquierdas, que ve una vía de ataque, hasta el punto de que los socialistas creen que se ha pasado 'de un escándalo financiero a un asunto de Estado', según una nota.
La ministra de Economía, Christine Lagarde, recordó en la Asamblea que el Estado (que tiene el quince por ciento de EADS) no tiene plaza en el Consejo de Administración y subrayó que el regulador bursátil y la Justicia investigan de manera independiente.
Sí confirmó que a principios de 2006 los servicios del Ministerio recomendaron a su antecesor, Thierry Breton, la posibilidad de vender acciones de EADS para aprovechar su fuerte valor, pero que entonces, como ahora, el Ejecutivo considera 'estratégica' su presencia en el capital del consorcio y no se desprende de título alguno.
Por lo pronto la gubernamental UMP ha cortado de raíz cualquier intento de crear una comisión de investigación.
El actual presidente de EADS, Louis Gallois, que llegó al grupo en julio de 2006, eludió comentar la noticia y dijo que corresponde a la Justicia establecer la verdad, mientras que la mayoría de los mencionados ha optado por el silencio.
Uno de los que sí ha hablado ha sido el grupo Lagardere, que anunció acciones judiciales para obtener una 'reparación' a las 'acusaciones infundadas' basadas en documento 'provisional'.
Los sindicatos han mostrado su inquietud por la noticia en un momento en el que está en marcha un plan de ajuste que prevé la venta de fábricas y la salida de hasta 10.000 empleados en los próximos años.
El caso tiene más relevancia si se tiene en cuenta que algunos de los investigados son dirigentes de Airbus, como el presidente Thomas Enders y el director general Fabrice Brégier.
La Bolsa dio su visión de los hechos y a una hora para el cierre castigaba especialmente las acciones de Lagardere, que bajaban en torno al seis por ciento, mientras que las de EADS contenían la caída a menos de un punto.
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