Esta carencia ha sido advertida por la embajada de empresas valencianas de la construcción que han visitado Rumanía estas semanas para calibrar las posibilidades de negocio que ofrece.
El presidente de la Federación Valenciana de Empresarios de la Construcción (Fevec), Juan Eloy Durá, señala que
La integración de Rumanía en la Unión Europea ha supuesto un salto tan grande en la historia del país centroeuropeo que
Eloy Durá explica que en los contactos que han tenido con la Administración y las empresas de construcción rumanas han detectado un problema que está estrangulando el sector en el país, la falta de mano de obra. Uno de los Estados de mayor aportación de trabajadores a la Europa rica tiene serios problemas para contratar mano de obra cualificada.
Con la incorporación como miembro de pleno derecho a la Unión Europea, Rumanía va a recibir una importante dotación de fondos europeos; probablemente unos 30.000 millones de euros en los próximos años. Como ocurriera en el caso de España tras su incorporación a la Europa comunitaria, los fondos europeos tratarán de ayudar a hacer más competitivo el país a través de inversiones en carreteras, puertos y aeropuertos, pero también obras de suministro energético y edificios públicos.
Las empresas de construcción van a tener mucho trabajo. Con cerca de 23 millones de habitantes, Rumanía es el segundo mercado más grande de la Europa del Este. Las firmas españolas del sector ven en esta circunstancia una gran ocasión. Las compañías valencianas ya hace tiempo que habían contemplado también la oportunidad de aprovechar la circunstancia para abrir negocio allí. Disponen de experiencia y de músculo financiero para afrontar cualquier encargo, saben que en España sus crecimientos van a ser más limitados que estos años atrás y observan como el precio de la tierra ofrece mucho juego.
“Iremos para allá con nuestros conocimientos, pero igual tenemos que ir también con trabajadores”, señala Durá para explicar la disposición de las constructoras valencianas.
A 1 de enero de este año, figuraban empadronados en la Comunitat Valenciana 95.200 rumanos. Castellón es la provincia con mayor concentración, 41.800 personas originarias de este país.
Un total de 32.347 rumanos aparecen en la estadística de afiliación de agosto en la Comunitat, de ellos 5.144 como autónomos y 22.473 en el régimen general de la Seguridad Social.
Eco del efecto llamada
Aunque no se puede precisar el número de rumanos que trabajan en la construcción, es sabido que esta actividad ocupa al mayor contingente de extranjeros. Sólo en la Comunitat el total de extranjeros de alta en la construcción supera las 44.000 personas, 14.213 de ellos ciudadanos comunitarios.
De hecho, la construcción ha servido de efecto llamada para la emigración y ahora lo está siendo para volver, “un eco del efecto llamada”, como lo definía recientemente un empresario valenciano. Además con el retorno, con el cambio de la tendencia migratoria vuelve a aumentar la población y se hace más necesaria la construcción de viviendas. En los últimos tiempos el sector ha crecido a un ritmo de un 10% levantando más de 30.000 viviendas cada año. La mejora del nivel de vida
Los años pasados en España ha servido a muchos inmigrantes rumanos en España para aprender una forma de trabajar y conocer una cultura empresarial. Ahora, con el bagaje adquirido están en situación idónea para aportar su esfuerzo al impulso que va a experimentar su país.
“Los formamos, los enseñamos y luego vamos para allá a trabajar con ellos”, comenta Durá, que considera que se trata de una evolución muy lógica de un círculo virtuoso de la globalización. “Quienes mejor que ellos que conocen la lengua y las costumbres y además ahora saben cómo trabajamos”, señala.
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