Despertador, ducha, desayuno, trabajo, comida, trabajo, cena y sueño, sin apenas tiempo para nada más. Si se tiene uno o más hijos, todo lo anterior se complica de forma exponencial. Hasta tal punto que 1.552 gaditanas han optado por solicitar una excedencia en el trabajo ante la imposibilidad de conciliar su empleo con la vida familiar, según datos de la Tesorería General de la Seguridad Social.
La cifra a secas puede no decir demasiado -máxime si se tiene en cuenta que la última Encuesta de Empleo Activo (EPA) realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) muestra que el número de mujeres ocupadas en Cádiz es de 168.000, un 42,5% de las gaditanas-, pero el hecho es que el número de mujeres de la provincia que han tomado esta decisión se ha multiplicado por cinco desde el año 2000. Sin embargo, no se trata de un fenómeno que afecte sólo a la mujer, lo mismo ha sucedido con el hombre, que pasó de cuatro excedencias por este mismo concepto en 2000 a 23 el año pasado.
La dificultad de compatibilizar la maternidad y el trabajo se ve reflejada en un estudio reciente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Según este informe, un 28 por ciento de mujeres con empleo que han sido madres aseguró que tuvo que interrumpir su trabajo durante al menos un año; del mismo modo, el mismo porcentaje dijo que la maternidad la obligó a reducir su actividad y un 17 por ciento explicó que «dejó de trabajar definitivamente» por esta causa.
Si el tener familia ya supone una dificultad para equilibrar las responsabilidades recién adquiridas junto con las laborales, la mujer se puede ver especialmente perjudicada por ello en lo que respecta a su vida profesional. Según el estudio del CSIC, el 21 por ciento de las encuestadas considera que la maternidad «limitó sus oportunidades de promoción» laboral.
Una de las medidas adoptadas por las administraciones para facilitar la conciliación de lo profesional con lo laboral se encuentra en el marco de la Ley de Igualdad. Según ésta, tras la baja por maternidad, a la madre se le presentan tres opciones, la excedencia, la reducción de jornada y la flexibilidad horaria.
La directora del Instituto Andaluz de la Mujer en Cádiz, Dolores Virués, explicó que «la más solicitada de estas tres posibilidades es la excedencia por un año». Virués reconoció la existencia de dificultades para compatibilizar estos dos capítulos de la vida. Igualmente, la secretaria de Igualdad de UGT Cádiz, Paula Fernández, apuntó estas complicaciones y destacó que «con la Ley de Igualdad se ha avanzado bastante, aunque su entrada en vigor está aún muy reciente».
La sindicalista puso de relieve la necesidad de que tanto los empresarios como los trabajadores tomen conciencia del problema que supone la compatibilización de trabajo y familia y que «en las negociaciones colectivas tendrán que empezar a entrar también las cuestiones sociales», que hasta el momento se veían relegadas por las económicas.
En este último punto se coincide desde la Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC). La patronal gaditana manifestó que el aumento de este tipo de excedencias guarda relación con el incremento del número de gaditanas que se han incorporado al mercado laboral en este periodo. El CEC considera «lógico y razonable» que las familias opten por estas medidas, aunque recordó la necesidad de las empresas de mantener la competitividad y que las excedencias suponen «un coste de oportunidad para el trabajador».
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