Pese a que los últimos años se han caracterizado por la creación de empleo y las tasas de paro en la comunidad gallega figuran entre las más bajas de España, son más los emigrantes que los inmigrantes. El año pasado salieron de Galicia con contrato de trabajo 19.719 menores de 30 años, mientras que del resto de España vinieron 11.365. Saldo negativo: 8.354 jóvenes.
Los gastos fijos mensuales no dejaban demasiado margen para los caprichos de un novecientoseurista como Dani que, viendo nulas posibilidades de ascenso en la empresa en la que trabajaba en Vigo, decidió aceptar una oferta de empleo en Barcelona en enero de 2006. Realizando las mismas funciones, recibe el doble de salario, tiene derecho a vacaciones y cobra horas extras. Paga 500 euros por un estudio en una ciudad dormitorio próxima a la capital catalana y el resto de los recibos no superan los que pagaba en Galicia.
Ese es quizá uno de los motivos por los que la gallega es la tercera comunidad en la que más tardan en emanciparse los jóvenes, por delante de Asturias y Cantabria. El esfuerzo económico era mucho mayor cuando trabajaba en Vigo, ya que tenía que afrontar prácticamente los mismos gastos con la mitad de sueldo. ’Pago más de alquiler y algunos servicios son más caros en Barcelona, pero el cambio compensa’, explica. Su hermana Marta, que no se atrevió a acompañar a Dani cuando éste decidió emigrar, lamenta su indecisión y cobardía: ’En aquel momento había comenzado a trabajar en la tienda de decoración y veía el futuro con más optimismo que ahora. Las cosas, sin embargo, no han ido como yo esperaba. Sigo igual; peor, mejor dicho: cobro lo mismo y trabajo más horas’, se resigna. ’No sé -añade- por qué no me fui hace un año y medio. Ahora acabo de dar una entrada para un apartamento y ya no me atrevo’.
Obligados a emigrar
Dani asegura estar como en casa porque, en contra de lo que esperaba, se ha encontrado en Barcelona muchos jóvenes gallegos que se han viso obligados a emigrar. Muchos salieron a la aventura, a buscarse la vida, y una minoría con una oferta de trabajo. Además de Cataluña, Madrid y Canarias son las comunidades que acogen más emigrantes gallegos.
En el año 2006 salieron de Galicia con un contrato de trabajo 19.719 menores de 30 años. Del resto de España vinieron a Galicia 11.365; salen 8.354 jóvenes más de los que vienen. El saldo negativo en 2005 había sido de 9.380, un 11% superior al de este año.
’Es cierto que queda mucho por hacer, pero no quiero dejar de reconocer que los resultados indican un cambio de tendencia y el camino hacia la superación de una época en la que los jóvenes tenían que irse de Galicia’, explica María Dolores Rodríguez, presidenta del Consello da Xuventude. ’Muchos se fueron en busca de un empleo -explica- digno, en una continua sangría ante la que el Gobierno gallego tiene que actuar con imaginación, innovación y compromiso para recuperar el inmenso caudal de capital humano que se ha ido en los últimos años’.
Las políticas activas de empleo, con ofertas atractivas, son las únicas que pueden contribuir al retorno a una tierra de la que muchos, seguramente, nunca quisieron marchar. La apuesta más segura es, según los expertos, la basada en convincentes iniciativas de I+D+I, capaces de recuperar el potencial perdido e impedir la fuga de los que ahora se están formando.
El futuro está en la dirección opuesta al actual modelo productivo, basado en muchos casos en la precariedad y en los bajos costes laborales. Las reformas en materia laboral propuestas por la Consellería de Traballo buscan, como fin último, la estabilidad y la calidad en el empleo.
Los comentarios están cerrados.