Sólo una de cada tres empresas familiares planifica la estrategia de la compañía cada año y una de cada cuatro admite que no marca una estrategia nunca, según se desvela en un informe realizado por Price Waterhouse y el Instituto de la Empresa Familiar (IEF), que preside Juan Roig.
El estudio, presentado en el X Congreso Nacional que ha celebrado la institución esta semana en Palma de Mallorca no ha recibido gran atención mediática al quedar eclipsado por la relevancia de los invitados al encuentro, el presidente Zapatero, el líder del PP, Mariano Rajoy, y el premio nobel de la Paz, Al Gore. Sin embargo resulta muy revelador de la situación de las empresas familiares en España, y cabría recordar que el millar de sociedades integradas en el IEF dan trabajo a un millón de personas y generan el 20% del pib nacional.
Juan Corona, director académico del IEF, reconoce que queda mucho por recorrer pero asegura que se ha avanzado. "Partíamos de una situación mala pero estamos mejorando mucho", asegura y revela que en relación con otros países de nuestro entorno somos un referente.
Se advierten grandes diferencias entre las empresas familiares grandes y las pequeñas, en perjuicio de estas últimas. Corona considera que esa falta de planificación tiene que ver con algunos vestigios de una concepción de la compañía más como negocio que como empresa.
El informe, que es fruto de una acuerdo entre Price Waterhouse y la red de cátedras del Instituto con presencia en 31 universidades, también pone el foco de atención sobre la cuestión del relevo generacional. A partir de los datos obtenidos se concluye que la mitad de las empresas familiares están dispuestas a poner una persona al frente del negocio. Se detectan, eso sí diferencias fundamentales según se trate de primera generación o de posteriores. "La primera generación, la de los fundadores tienen escasa disposición a ese relevo, mientras que es más común en la segunda y mayoritario en la tercera", admite Corona.
Fundamentalmente hay dos razones para buscar el relevo en una persona ajena a la familia. Por una parte se puede dar el caso de familias que no encuentran el sucesor idóneo. Si se elimina el condicionante familiar, si no están obligados a buscar el relevo entre los familiares, si se elimina esa restricción, se abre un abanico más amplio y profesional. Por otra parte, también está muy extendido el caso de no encontrar entre los familiares disposición a asumir esa tarea, por el elevado nivel de exigencia que requiere.
"La primera generación, y en España tenemos sobre todo primeras generaciones por el momento histórico, la forman gente muy emprendedora, que arrancó con escasa formación académica, autodidacta en su mayor parte", señala. Sin embargo, las generaciones posteriores tienen un mucho más elevado nivel formativo pero no el mismo sentido de sacrificio.
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