Tres semanas después de la primera huelga masiva en Francia desde la llegada a la presidencia de Nicolas Sarkozy, otra ola de protestas contra las reformas del mandatario amenaza con paralizar la vida pública después de que el portavoz del Palacio del Elíseo, David Martinon, descartara más concesiones a los sindicatos.
La última oferta del gobierno, dijo, es la reciente propuesta del ministro de Trabajo, Xavier Bertarnd, sobre la reforma de los privilegios de la renta para los funcionarios públicos. Desde el próximo martes por la noche, los maquinistas de tren irán a la huelga, y también se anunciaron paros y protestas para las próximas semanas en escuelas y universidades, empresas energéticas, en correos y en France Télecom, así como en los organismos de justicia. La lucha de los trabajadores en todo el país pretende protestar contra la prevista reforma de la jubilación anticipada y otros privilegios a la renta de funcionarios del Estado.
A pesar de los indicios de huelga, las encuestas señalan que la mayoría de los franceses respalda los planes de Sarkozy. Martinon hizo hincapié en que debe continuar el diálogo con los sindicatos, aunque las reformas llegarán, añadió. "La reforma de los privilegios de la renta (para empleados públicos) es una promesa que hizo Nicolas Sarkozy durante la campaña electoral" y que cumplirá, aseguró. Siete de los ocho sindicatos de la firma estatal de ferrocarriles SNCF llamaron a secundar huelgas indefinidas, mientras los maquinistas de la empresa de transporte de París RATP pretenden sumarse el miércoles a las protestas. Los representantes de los trabajadores decidirán diariamente sobre la continuación de la huelga.
También las suministradoras de electricidad y de gas anunciaron una huelga para el próximo miércoles.
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