Los conductores de trenes alemanes regresaron a su trabajo ayer sábado, poniendo fin a la mayor huelga de ferrocarriles del país, pero los problemas están lejos de terminar para los viajeros ya que el sindicato amenazó con más acciones la próxima semana.
La huelga de 62 horas por diferencias respecto a los salarios afectó a los servicios de carga y pasajeros y aumentó los temores sobre su impacto en la mayor economía de Europa.
Algunas compañías, entre ellas el fabricante de vehículos Audi, se vieron obligadas a cancelar turnos debido a la falta de componentes y los contenedores se acumulaban en Hamburgo, el mayor puerto de Alemania.
La disputa salarial entre el sindicato de conductores de ferrocarriles GDL y el operador de trenes Deutsche Bahn se arrastra desde marzo.
Ambas partes no están negociando y existen pocos indicios de que una de ellas vaya a ceder.
Claus Weselsky, el segundo al mando de GDL, amenazó el viernes con más huelgas la próxima semana si Deutsche Bahn no presenta una nueva oferta y abundan los rumores de que la disputa podría continuar hasta después de Navidad.
Deutsche Bahn ha dicho que no hará una nueva oferta.
Los trenes de pasajeros comenzarán a funcionar regularmente el sábado después de que la huelga finalizara a la 01:00 GMT, señaló Deutsche Bahn, pero la compañía advirtió de que llevaría algo de tiempo la normalización del transporte.
Los paros, que comenzaron en las rutas de carga el miércoles y se extendieron a los trenes de pasajeros el jueves, detuvieron entre un 70 a un 75 por ciento de los trenes del este de Alemania, pero sólo entre un 20 a 50 por ciento en el oeste del país.
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