'Esta reforma la había prometido y la he mantenido', fue la frase pronunciada ayer durante un discurso en El Elíseo por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, para referirse al pulso mantenido con los sindicatos y al fin de la huelga desencadenada en el transporte público francés en protesta por la reforma de los regímenes especiales de jubilación.
'Cuando se han abierto negociaciones en las empresas sobre las modalidades de aplicación de la reforma en cada uno de los regímenes, haré todo lo posible para que, en el futuro, la cultura del diálogo social en nuestro país progrese en detrimento de la del conflicto', señaló el jefe del Estado galo.
Ahora que 'la huelga culmina y la razón se impone' Sarkozy dijo pensar también en 'los millones de franceses que necesitan tren, metro y autobus' y rindió homenaje al 'sentido de responsabilidad que han mostrado las grandes organizaciones sindicales'. 'Sin ellas –agregó– no puede haber ni diálogo social ni democracia social'.
Por otro lado, tanto Sarkozy como su primer ministro, François Fillon, pierden en los meses de octubre y noviembre cinco puntos de popularidad, según un sondeo elaborado por Opinionway que aparede publicado en el diario gratuito 'Metro'.
El 58% de los franceses se dicen satisfechos o más bien satisfechos de la acción del jefe del Estado, porcentaje cinco puntos inferior al de octubre. La actuación de Fillon la valoran bien el 51% de los encuestados, frente al 56% que lo hacía el mes anterior.
Ambos mantienen un fuerte apoyo entre los simpatizantes de derecha, que arropan al presidente en un 91% y a su primer ministro en un 84%, pero la cota de popularidad de Sarkozy pierde 10 puntos en las filas de la izquierda, donde los insatisfechos pasan de ser el 25% al 35%.
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