Una huelga de 24 horas contra las privatizaciones que prevé realizar la Conselleria de Infraestructuras en los servicios de mantenimiento y en las futuras líneas de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) reducirá hoy al 60% el número de trenes y tranvías que circularán en Valencia y Alicante. Se ofrecerán unos 720 servicios de los 1.200 que se producen cada día. Se trata de la primera huelga que afronta Mario Flores desde que fue nombrado titular de Infraestructuras en junio.
El conseller ha intentado frenar los paros con una carta remitida a los sindicatos ferroviarios en la que considera que «la convocatoria de una huelga no es el mejor escenario para mantener un diálogo razonable sobre los problemas que puedan preocupar a los trabajadores de FGV, máxime cuando hace escasas fechas les he emplazado personalmente a mantener una reunión durante este mes de diciembre, al objeto de informarles con detalle de los proyectos e ideas que tiene esta Conselleria». E insta a los sindicatos a desconvocar la huelga al tiempo que mantiene su «compromiso de diálogo en unas condiciones de paz social».
La misiva más que calmar los ánimos sindicales los ha enervado. A parte de que los sindicatos de Valencia sospechan que es la misma carta que ya se envió a Alicante, lamentan que la reunión con el conseller aún no tenga fecha y que se hayan enterado por la prensa de las intenciones privatizadoras de los servicios de mantenimiento o de la gestión de las futuras líneas. La cuestión es que los cuatro sindicatos con representación en FGV -UGT, CC OO, SIF y SF-IV- secundan y convocan la huelga en Alicante y Valencia porque están «en contra la privatización que están poniendo en marcha en FGV en grupos profesionales que son estratégicos para garantizar la seguridad y la calidad del servicio», según dijo UGT de Alicante en un comunicado. Fernando Soto (SF-IV) criticó, en declaraciones a Europa Press, que se hagan «privatizaciones con dinero público». También reprochó a la dirección de FGV que la compañía privada Vossloh explote los nuevos talleres de El Campello. «El trabajo que corresponde al personal de talleres de FGV lo hace una empresa privada, con el agravante de que los talleres y la maquinaria se han comprado con dinero público, mientras que el negocio se lo lleva una empresa privada».
La dirección de FGV considera que la convocatoria de huelga es «injustificada y no se ajusta a la realidad actual y de futuro de la empresa», puesto que «no está previsto que la actual configuración y red de FGV se altere, sino que seguirá siendo gestionada y operada como hasta la fecha, sin modificar la situación laboral de la plantilla».
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