Los catalanes comienzan el 2008 con una irritante sensación de ‘déjà vu’. A la huelga de conductores de autobús de Barcelona, que afecta a miles de usuarios en sus desplazamientos diarios, se añadideron ayer por la mañana una avería en la línea 2 de cercanías y un colapso en la C-16, a la altura de Manresa, que causó hasta 12 kilómetros de retenciones. Las comunicaciones, de nuevo en jaque.
La vigilancia de los Mossos ha servido para garantizar el cumplimiento de los servicios mínimos de autobuses. De hecho, ayer por la mañana circulaban por la ciudad entre un 15% y un 20% más de vehículos de los que garantizan los servicios mínimos, que son el 50% de un día normal laborable. Unos 300 conductores siguen con sus reivindicaciones y marcharon desde la plaza de Espanya hasta la sede de TMB, en la Zona Franca.
En Manresa, un camión tráiler sufrió un accidente a causa del hielo en el pavimento y quedó cruzado en la C-16, que quedó interrumpida durante varias horas, lo que causó retenciones de hasta 12 kilómetros en la C-55, que daba paso alternativo. Hacia las 10.20 pudo reanudarse la circulación en ambos sentidos.
El hielo y la nieve también han complicado la circulación en varias carreteras catalanas durante toda la mañana de ayer.
Y, cómo no, la enésima avería de Renfe causó un corte en la línea 2 y retrasos de hasta una hora que aún persisten. Un fallo en el sistema de electrificación interrumpió el servicio entre las estaciones de Montcada i Reixac y Sant Andreu Comtal hasta las 11.30 horas.
La avería obligó a que los trenes de media distancia Barcelona-Girona-Portbou iniciaran y finalizaran su recorrido en Montcada i Reixac, donde los viajeros debían continuar su trayecto en los trenes de cercanías, mientras que los trenes circulaban por vía única entre las estaciones de Sant Andreu Comtal y Montcada.
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