Cada vez se venden menos pisos en nuestro país. Las operaciones inmobiliarias han descendido de forma acusada en los últimos meses. Según las estadísticas del Colegio de Registradores, el mercado cierra 2007 con un descenso en las ventas del 12,6% respecto a 2006, y del 19,1% frente a 2005. Todas las previsiones apuntan que en 2008 continuarán las malas noticias para los profesionales adscritos al gremio de la construcción.
La subida de las hipotecas, el incremento del desempleo y unos precios todavía inasequibles para la gran demanda dejan entrever que el mercado no conseguirá despejar en los próximos meses los nubarrones que se ciernen sobre él.
Los promotores son los grandes perjudicados. Muchos están paralizando nuevos proyectos, conscientes de que les va a resultar casi imposible venderlos. Sin embargo, las otras profesiones vinculadas a esta actividad también se han visto arrastradas por el cambio de ciclo inmobiliario.
Entre ellos, de forma notable, arquitectos y aparejadores. Trabajadores de estos dos sectores también comprueban, no sin cierta preocupación, que cada vez les llegan menos encargos, por lo que se ven obligados a diversificar su negocio hacia otras áreas.
Dolores Nieto lleva algo más de diez años trabajando en el sector de la construcción. Es arquitecta técnica. Está vivienda su primer momento difícil en el mercado. Cuando se incorporó a la vida laboral, el inmobiliario se había consolidado ya como uno de los motores de la economía nacional y, en poco tiempo, iba a comenzar a vivir la época más gloriosa y extensa que se recuerda en el último siglo. Ahora toca recogerse y capear el temporal.
«Tengo compañeros —dice— que vivieron la crisis del 92 y me dicen que esté tranquila, que todo se pasa y que estos son momentos puntuales que suelen sobrevenir cada diez años». De todas formas, Lola tiene muy claro lo que le aguarda en los próximos doce meses: «El 2008 será duro. Creo que las elecciones generales del 9-M marcarán un punto de inflexión. La situación irá mejorando después poco a poco».
Los próximos comicios han podido afectar a esta situación de parón. Las promesas electorales y las recomendaciones —por parte de algún político insensato— de posponer la compra «porque los precios bajarán en el futuro todavía más» han llevado a los consumidores y a algún promotor a paralizar todas las decisiones operativas hasta después de marzo.
«Claro que percibimos que existen menos obras, sobre todo en propiedades privadas. Además, la Administración, en obra pública, tampoco está sacando muchos proyectos al mercado. Este mes (diciembre), por ejemplo, sólo se han licitado siete obras (tanto públicas como privadas) en toda España, cuando en noviembre se sacaron unas veinte».
Este parón también ha afectado a la movilidad laboral del sector. «Durante el “boom inmobiliario” mucha gente cambiaba de trabajo con frecuencia. Conozco casos de personas que no aguantaban ni un año en su empresa. Ahora todo es distinto —continúa Nieto—, ya no hay casi ofertas y nadie se atreve a dar un paso en falso». Y es que en esta época, los despidos y los recortes de plantilla están a la orden del día. «Sólo aguantarán los buenos», sentencia.
Una esperanza… ¿olímpica?
Lola Nieto ve un halo de esperanza en los Juegos Olímpicos de 2016. «Si Madrid los consigue —apunta—, la situación va a cambiar para bien, pero como hasta dentro de un año y medio no vamos a saberlo, nos toca apechugar».
A corto plazo, la solución parece encontrarse en el extranjero. «La mejor forma para que sigan cuadrando los números —dice— es comenzar a construir en otros países». Bajo su opinión, Brasil, Marruecos y la Europa del Este son los destinos más adecuados. «En Rumanía, por ejemplo, están ahora como hace cuarenta años en España; por eso se ha convertido en un filón para las constructoras españolas».
Por su parte, Paloma Sobrini, decana del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM), también ve en la diversificación la mejor vía para solventar la crisis. «Construir más allá de nuestras fronteras es una buena alternativa, pero creo que los arquitectos tendríamos que regresar a nuestras raíces. No tenemos que pensar sólo en firmar grandes obras. Podemos retomar proyectos que en los últimos años no se habían considerado, como las reformas interiores, el diseño de expositores feriales, la rehabilitación… También podemos adentrarnos en el project-management, control de obras, instalaciones…».
«Tensión y preocupación»
La decana de los arquitectos madrileños nota «más tensión y preocupación» en el mercado, pero no quiere oír hablar de crisis. «No la veo por ningún lado. En el COAM, por ejemplo, en estos últimos meses no ha bajado el nivel de ingresos por visados. Creo que lo que existe es un exceso de alarma».
De todas formas, no deja de manifestar su preocupación «porque vemos venir un receso en la edificación, sobre todo en la costa». Esto ha motivado, según Sobrini, que algunos promotores hayan pedido el aplazamiento de sus licencias de construcción (caducan a los seis meses), «ya que no se atreven a empezar a construir por miedo a no vender sus pisos».
Los profesionales coinciden en que 2008 será un año duro. Toca apretarse el cinturón y apostar por la prudencia. Al fin y al cabo, doce meses no son una vida entera.
MIGUEL OLIVER
http://www.abc.es/20080107/economia-laboral/paron-inmobiliario-obliga-arquitectos_200801070920.html
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