La Comisión Europea pidió ayer a los Estados miembros que faciliten las inversiones de los fondos de capital riesgo y que supriman los obstáculos a las operaciones transfronterizas con el objetivo de facilitar la financiación de las pequeñas y medias empresas (pymes) innovadoras en fase de crecimiento.
El Ejecutivo comunitario denunció que en Europa el mercado del capital riesgo está fragmentado en 27 entornos operativos distintos, lo que resulta 'nefasto' para movilizar capitales y para la inversión. Ello provoca que los fondos pequeños renuncien a menudo a invertir fuera de su jurisdicción de origen. En particular, en los mercados de capital riesgo de pequeño tamaño o emergentes, los fondos tienen dificultades para crecer y alcanzar una masa crítica de operaciones.
Para resolver estos problemas, Bruselas reclamó a los Estados miembros que, cuando revisen su legislación o adopten nuevos textos, faciliten la realización de operaciones transfronterizas y el reconocimiento mutuo de los marcos nacionales que regulan actualmente los fondos de capital riesgo.
Estas medidas permitirían, según la Comisión, reducir los gastos de funcionamiento y los riesgos, aumentar los rendimientos y los flujos de capital riesgo y mejorar el funcionamiento de los mercados de capital riesgo, lo que beneficiará especialmente a las pymes innovadoras.
'Estimular las operaciones transfronterizas permitirá a los fondos de capital riesgo especializarse y diversificar sus carteras. Esto es particularmente importante para los pequeños fondos y permitirá a los pequeños países aprovecharse de los grandes mercados de capital riesgo', dijo el vicepresidente del Ejecutivo comunitario y responsable de Industria y Empresa, Günter Verheugen, a través de un comunicado.
Un estudio reciente del sector indica que las empresas de la UE que recibieron capital de inversión y capital riesgo crearon un millón de puestos de trabajo entre 2000 y 2004. De este total, más del 60% corresponde a compañías beneficiarias de capital riesgo. El empleo en estas empresas aumentó a un ritmo del 30% anual.
Además, las empresas innovadoras y orientadas hacia el crecimiento respaldadas por el capital riesgo consagraron de media un 45% de sus gastos totales al I+D. Esta tasa corresponde a una media de 3,4 millones de euros por empresa y año, o de 50.500 euros por trabajador. Su intensidad en I+D por trabajador es 6 veces superior a la de los 500 mayores inversiones en I+D de la UE.
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