Cuando al veterano de la fuerza aérea Marcos Miranda le robaron su identidad, pasó de ser un cliente y empleado valioso a una estadística más del gobierno: una de miles de víctimas de robo de identidad atrapado cada año en las operaciones contra los inmigrantes ilegales.
El robo de identidad ha sido una preocupación creciente, pero un aumento en los procesamientos federales contra los inmigrantes indocumentados añade un nuevo aspecto al problema. A medida que el gobierno desarrolla sistemas electrónicos más modernos de verificación de empleo, los inmigrantes ilegales asumen nombres y números de seguro social reales de ciudadanos estadounidenses como Miranda para impedir su detección en los lugares de trabajo, para obtener permisos de conducir y conseguir crédito.
Miranda se enteró por primera vez de que alguien estaba usurpando su identidad en el 2000, cuando fue arrestado en la frontera por una acumulación de multas de tráfico impagadas después de visitar a familiares en México. El texano de 24 años fue puesto en libertad después de pagar una multa de 340 dólares por infracciones que nunca cometió. Aunque a la larga le devolvieron su dinero, su pesadilla recién empezaba.
Desde entonces, Miranda ha respondido a reiteradas cartas del Servicio de Rentas Internas (IRS) que le exigen el pago de miles de dólares en impuestos atrasados por salarios abonados a alguien que usó su nombre y su número de seguro social para trabajar en Oldham's LLC, un matadero de cerdos.
Miranda presenció desolado cómo su crédito se desplomaba a medida que los acreedores reportaban deudas impagadas incurridas por otros.
"Aunque soy hispano, estoy contra la inmigración ilegal", dijo Miranda. "Aun cuando muchos vienen para trabajar, siempre hay manzanas podridas. El robo de identidad me ha vuelto muy negativo sobre la inmigración".
En un acuerdo con fiscales federales, un mexicano acusado de usurpar la identidad de Miranda se declaró culpable el mes pasado de un cargo de uso de documentos fraudulentos. Joel Rojas Morales, de 27 años, será sentenciado en marzo.
"De esa manera aprende que con el delito no se gana en Estados Unidos. Quizás suceda en México. Pero aquí, aunque tome algún tiempo, el brazo de la ley te alcanza", comentó Miranda.
Chris Joseph, el abogado defensor de Rojas Morales, se solidariza con las víctimas del robo de identidad como Miranda. "No tengo motivos para dudar de que es absolutamente cierto. No hay duda de que es una víctima del robo de identidad", dijo el abogado. "La cuestión es: ¿quién hizo el daño intencionalmente? Por lo general, la gente que viene a Estados Unidos no sale a robar una identidad. Por lo general compra un juego de documentos de identidad para poder trabajar".
Los inmigrantes ilegales que compran documentos, por lo general, son convencidos por los vendedores de que la identidad que reciben pertenece a alguien que no trabaja más en este país, que vendió sus documentos de identidad, que murió o que nunca existió.
"La persona compra ingenuamente los documentos suponiendo que no está perjudicando a nadie", dijo Joseph.
La fiscalía dijo que Rojas Morales trabajó con una identidad falsa en Oldham's desde el 2004 utilizando una fraudulenta licencia de conducir de Colorado, una tarjeta de seguro social falsa, como también otra documentación falsa.
En base a la versión que ofrece Miranda sobre sus problemas, dijo Joseph, es probable que varias personas estuviesen usando su identidad. El abogado no quiso hablar específicamente sobre el caso penal de su cliente y se negó a que éste fuese entrevistado.
El gobierno no tiene "cifras sólidas" que demuestren un aumento o disminución en casos de robo de identidad vinculados con la inmigración, dijo Betsy Broder, directora asistente en la división de protección de privacidad e identidad en la Comisión Federal de Comercio. Pero agregó que la agencia ha presenciado un aumento en el procesamiento de trabajadores que usan informaciones ajenas para conseguir empleo, particularmente el uso fraudulento de números de seguro social.
De lejos, la mayor operación policial en lugares de trabajo hasta ahora ha sido el allanamiento en diciembre del 2006 de seis plantas de Swift & Co. que produjo el arresto de 1.282 inmigrantes ilegales.
Las estadísticas revelan que el número de casos penales relacionados con la inmigración, entablados por la oficina del procurador general Eric Melgren en Wichita, se triplicó con creces entre los años fiscales 2002 y 2006, para llegar a un máximo de 161 en el 2006 en Kansas, a medida que el Departamento de Justicia aceleraba los procesamientos en casos de documentos fraudulentos y robo de identidad. Para el 2007, la cifra se redujo a 100 en el estado.
Una encuesta de la Comisión Federal de Comercio difundida el mes pasado reveló que el robo de identidad para encontrar empleo representa un 1% de los casos de robo de identidad en la nación, con unas 83.000 víctimas en el 2005. La gente que usa una identidad fraudulenta para trabajar suele usarla también para obtener determinados servicios, beneficios del gobierno, atención médica y crédito.
El fraude con tarjetas de crédito es la forma más común del robo de identidad.
En base al número de denuncias de robo de identidad reportadas a la Comisión en el 2006, los estados fronterizos con México encabezaron las estadísticas en el número de víctimas de robo de identidad en relación con su población. Arizona estuvo primera, seguida de Nevada, California, Texas y la Florida.
Esos datos arrojaron 246.035 víctimas en toda la nación que denunciaron, al menos, un tipo de robo de identidad a la Comisión en el 2006. El fraude relacionado con los empleos representó el 14% de las denuncias a nivel nacional y un 11% de los denunciados por las víctimas de Kansas.
Kansas figuró en el puesto 29 en la nación, con 1.626 víctimas de robo de identidad que presentaron denuncias en el 2006, según los datos de la Comisión. Misuri fue el 21° con 3.753.
Mientras Rojas Morales aguarda en una cárcel de Kansas, el verdadero Marcos Miranda rehace paulatinamente su vida en El Paso, Texas, donde trabaja como conductor de camión para la empresa Swift.
Miranda tiene un nuevo número de seguro social y se ha afiliado a un servicio de vigilancia del crédito.
"De esa manera", explicó, "puedo volver a ponerme al día, recuperar mi crédito y hacer lo que tengo que hacer para mantener mi identidad".
ROXANA HEGEMAN
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