El Estado alemán sufre pérdidas millonarias como consecuencia de la mala integración de los inmigrantes, según se desprende de un estudio realizado por la Fundación alemana Bertelsmann.
En concreto, el precio que paga Alemania es de 16.000 millones de euros anuales, según la investigación encargada por la Oficina de Estudios de Política Social y Laboral (BASS).
El fracaso de la integración de los inmigrantes en Alemania reside principalmente en la falta de conocimientos del idioma y en la alta tasa de desempleo que sufren, se expone en la investigación.
Las arcas del Estado no reciben impuestos de muchos inmigrantes que no disponen de empleo y el país pierde dinero por el pago de seguros y prestaciones sociales, añade.
De acuerdo con los datos de la Fundación Bertelsmann, en Alemania existen unos 15,3 millones de personas de origen extranjero. La población total del país supera los 82 millones de personas.
Según el mismo estudio, tres cuartas partes de los inmigrantes de segunda generación están integrados en la sociedad alemana, mientras que sólo el 30 por ciento de los de primera se han adaptado al país de acogida.
¿Un alemán que no habla el idioma?
La Fundación Bertelsmann considera totalmente necesario para la integración el dominio del idioma, la educación y la pertenencia a asociaciones, iniciativas ciudadanas o partidos políticos. Para esa institución, un extranjero está integrado cuando cumple por lo menos dos de los requisitos mencionados.
Así, en el aspecto de educación, se da por sentado que un extranjero ha de haber realizado al menos nueve cursos escolares, mínimo dos de ellos en Alemania, y por lo tanto, contar al menos con el certificado de educación general básica, que se adquiere hacia los 16 años.
En el estudio, para el que fueron encuestadas 2.382 personas, se demostró que en lo que respecta a la educación y según esas condiciones, alrededor del 28 por ciento de los inmigrantes estaría integrado, 61 por ciento no lo estaría del todo y el 11 por ciento quedaría sin definir.
En cuanto a los otros dos puntos, el estudio indica que tres cuartas partes de los inmigrantes dominan el idioma alemán y un 24 por ciento toma parte activa en iniciativas y asociaciones.
A menor integración mayor desempleo
También queda de manifiesto que el 16 por ciento de los inmigrantes menos integrados no tiene trabajo, mientras que en el caso de los integrados en la sociedad alemana, la proporción baja al 11 por ciento.
Además, los más integrados ganan una media de 7.500 euros anuales más que los que no se adaptan al nuevo país. Con ello, los primeros pagan una media anual de 1.900 euros más en impuestos y 1.200 euros más a la seguridad social.
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