El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se adhirió ayer a lo "esencial" de las conclusiones presentadas por el economista y ex asesor de François Miterrand, Jacques Attali, que, al frente de un equipo de cuarenta expertos, ha elaborado una batería de 316 medidas para liberalizar el crecimiento y estimular la economía francesa.
Entre ellas, figura la de abrir las fronteras a la inmigración, no sólo para poder garantizar el futuro de las pensiones, sino porque se considera en sí un factor de desarrollo y una fuente de creación de riqueza y crecimiento.
La apuesta es, por tanto, facilitar la concesión de visados para la mano de obra extranjera a la vista de las actuales tensiones en el mercado laboral y el dato de que Francia necesitará por cuestiones demográficas del orden de 750.000 contratos en el horizonte de 2015.
"Francia necesita inmigración, hay que abrirse a los trabajadores de la Europa del Este, a los chinos, a los países de Africa. Sin ésto, mis bonitas discusiones sobre la financiación de las pensiones no tendrán sentido", declaraba Attali en una reciente entrevista en 'La Tribune'.
Ayer, durante la presentación solemne del informe en el Teatro Rond Point de París, en presencia de Sarkozy y la plana mayor del Ejecutivo galo, Attali garantizó que, de aplicarse en su integridad el paquete de propuestas, Francia lograría incrementar en un punto su crecimiento de aquí a 2012.
El texto, que le fue entregado a Sarkozy en un 'pendrive' rojo, recoge numerosas iniciativas para reducir dos tercios la tasa de paro juvenil, dejar el nivel general de desempleo por debajo del 5% y lograr una reducción de la deuda al menos un 55% del PIB.
Además de la apuesta por la inmigración, la denominada 'comisión Attali' plantea la liberalización del sector de la distribución, algo que reclaman desde hace tiempo las grandes superficies comerciales y que los autores del informe consideran el único sistema para bajar los precios.
Contempla también la liberalización de determinadas profesiones como los taxistas, notarios, farmaceúticos o peluqueros, que ya han reaccionado con virulencia ante la iniciativa. Entre las propuestas estructurales figura facilitar el empleo a través de la denominada 'flexiseguridad' o una mejor representatividad de los sindicatos.
Además, apuesta por dejar libertad para elegir la edad de jubilación y se muestra a favor de acabar con la duración legal de la jornada laboral, una medida aplaudida por Sarkozy, abanderado de la lucha contra las 35 horas y que ha hecho del lema 'trabajar más para ganar más' una auténtica enseña. Entre las medidas para solucionar el problema de la vivienda, promueve la extensión de la superficie urbanizable.
La comisión quiere que la juventud esté preparada para la economía del conocimiento y por ello sugiere acelerar el aprendizaje del inglés en primaria, las matemáticas y la informática o crear diez polos de enseñanza e investigación punteros a nivel mundial. Y plantea favorecer el acceso a Internet de banda ancha para todos de aquí a 2016 o la puesta en marcha de un 'polo de competitividad', sobre todo en las Universidades.
"Nuestro informe es técnicamente aplicable, financieramente equilibrado sin aumentar los impuestos. Corresponde al Gobierno, al presidente de la República y al Parlamento decidir qué se hará, pero este informe tiene una coherencia interna", resumió Attali apelando a una aplicación del "conjunto" de las medidas.
MAS BIEN RAZONABLES.
"Me adhiero a lo esencial de las conclusiones. Las encuentro más bien razonables", dijo por su parte Sarkozy tras escuchar la exposición del experto. "Vuestra constatación es perfectamente razonable. En un mundo que cambia a gran velocidad, Francia lleva retraso", agregó.
Sarkozy encontró además en la ralentización de la coyuntura económica internacional y las turbulencias del mercado financiero un argumento para defender el paquete liberalizador . "Eso –dijo –nos debe conducir a redoblar esfuerzos. Es una razón para ir más lejos y más deprisa en el cambio necesario".
Así pues, se mostró, en términos generales, de acuerdo con las propuestas que, a su juicio, ponen encima de la mesa la libertad de elección y la libertad individual.
De momento, sólo dos medidas contempladas en el informe –la supresión de los Departamentos, la unidad administrativa más popular en Francia, y eliminar el llamado 'principio de precaución' previsto en la Constitución francesa en casos de peligro para la salud–han sido rechazados por el jefe del Estado.
VIVA POLEMICA.
Pero no todas las reacciones suscitadas por las recetas del ex asesor de Miterrand para animar a la economía francesa han sido bien acogidas. Los sindicatos juzgan el informe "incompleto y parcial" y lo tildan de excesivamente escorado hacia el liberalismo.
Los ecologistas ven en el texto una clara oposición a las conclusiones que el Grupo de Trabajo dio a luz el pasado diciembre con la bendición del propio Sarkozy porque, entre otras cosas, defiende el desarrollo de las compañías 'low cost' o la elimación del principio de precaución.
Mientras, en las filas de la UMP, el partido político de la mayoría gubernamental, algunos diputados se quejan de lo que consideran una "imposición unilateral" de las propuestas.
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