Sin embargo, dicha paz parece endeble a tenor de las declaraciones de ayer del presidente de la Federación de la Pequeña y Mediana Empresa de la Construcción (Pymecon ), José Ramón Suárez. Éste reclamó en Plasencia (Cáceres) que la jornada laboral reducida en verano cada empresa debe pactarla con sus trabajadores.
Algo que sería lo ideal, según Suárez, ya que hay características muy distintas en cada empresa y ámbito geográfico de trabajo.
Los sindicatos pidieron, inicialmente, la reducción de la jornada durante tres meses algo que, según el presidente de Pymecon, es inviable. También considera que generalizarla a toda Extremadura es una falacia, ya que, a su juicio, no hace el mismo calor en los Santos de Maimona que en Hervás. De la misma manera que generalizarlo a todo el sector y auxiliares y en unas fechas tan amplias ocultaban un interés que no era el calor, según Suárez.
Pymecon argumenta que la jornada laboral en el sector de la construcción viene marcada por el convenio nacional, siendo el vigente para este año de 1.744 horas, una cantidad de horas que si se divide por las 48 semanas laborales no salen 40 horas a la semanales, por lo que en la construcción se trabaja 7 horas y algo al día. Además, Suárez aseguró que son los propios empresarios los que reparten esas horas de acuerdo con los trabajadores. Una de las soluciones que se ha dado es poner muchos días inhábiles, que se suele hacer en los puentes, los lunes o los viernes para cuadrar las horas.
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