El jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, propuso ayer dejar la inmigración al margen de la campaña electoral y, ante las últimas propuestas del PP sobre esta cuestión, ha advertido de que el discurso de la exclusión ‘alienta las peores pasiones para la convivencia’.
Durante un mitin organizado por los socialistas vascos en el Kursaal de San Sebastián, Zapatero ha señalado que, como país con ‘historia de emigración’, España debe ofrecer a los extranjeros el mismo trato que exigía para sus emigrantes en el pasado.
A su juicio, ese es el único modo de ser creíbles en el mundo, de mantener la dignidad y de ser respetados.
Zapatero ha propuesto así que, por respeto a los inmigrantes, ‘que antes que inmigrantes son seres humanos’, la inmigración quede fuera de la controversia partidaria en la campaña.
‘La inmigración exige integración; no puede dar lugar al debate de la exclusión, del no respeto a la diferencia, porque alienta las peores pasiones para la convivencia’, ha manifestado.
En su opinión, dejando esta cuestión de lado, se daría ‘un ejemplo al mundo’, ya que hay muchos países que están atentos a lo que se dice sobre sus compatriotas que viven en España o que pueden todavía llegar.
Zapatero ha apostado por colaborar ‘todos’ en favor de una inmigración ordenada y legal y por lograr que el trabajo de quienes huyen de la miseria y de la desesperanza sea, como el de los españoles, regular.
Según ha apuntado, una de sus principales tareas durante los próximos cuatro años será ejercer aún más el diálogo y defender el respeto a la diferencia entre pueblos y entre personas.
‘Os puedo asegurar que el talante tiene una fuerza inagotable’, ha manifestado.
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