Solamente pasa una vez cada cuatro años, pero en este 29 de febrero algunos trabajadores han tenido el día libre por vacaciones aunque a los empresarios no les acaba de gustar la idea, pero no es ni mucho menos un regalo.
Imagínense que para ajustar el horario sin necesidad de recurrir a los años bisiestos se le añaden diez minutos a cada día. Diez minutos que se dedicarían principalmente al tiempo libre y que pocos emplearían para trabajar ya que no recibirían ningún dinero extra por ellos.
Pues esto es lo que ocurre cuando trabajamos los 29 de febrero, que acumulamos todos estos diez minutos extra en una única jornada. Por ello, quien tenga un contrato con sueldo anual recibirá el mismo sueldo trabaje o no este día. Pero entonces, a quién pertenece este día. ¿Al empleador o al empleado?
Si estás empezando a sentir que la jornada de hoy es fiesta, te interesará saber que la sociedad del Patrimonio Nacional británico ha dado libre a todos sus trabajadores con la excusa de llamarle el Gran día verde bisiesto y la intención de que la plantilla reflexione y actúe contra el cambio climático en este día, asegura desde esta institución Mike Holland.
Aunque sea muy difícil comprobar que realmente los empleados dedican el día libre a estos menesteres, Holland destaca que la mayoría de los trabajadores han captado el mensaje y anima a otras empresas a llevar a cabo la experiencia sin caer en la idea de que se está regalando nada.
El año bisiesto fue inventado por el emperador romano Julio César en el año 46 después de Cristo para ajustar el calendario ya que un día extra cada cuatro años hace una media de 365,25 días, tiempo que la Tierra tarda en dar una vuelta completa al Sol.
http://www.elpais.com/articulo/economia/hay/trabajar/29/febrero/elpepueco/20080229elpepueco_8/Tes
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