El Gobierno argentino calificó ayer de ‘insensibles’ a los productores agropecuarios agrupados en las principales entidades del país, que secundan una huelga de siete días y no descartan extenderla por más tiempo.
‘Estamos sorprendidos por el grado de insensibilidad que tiene el campo. Me parece que tienen que comprender que la mirada desde el Gobierno tiene que ser mucho más amplia’, advirtió el ministro argentino del Interior, Florencio Randazzo, en declaraciones a Radio Mitre, de Buenos Aires.
‘No se construye con los logros o con el éxito medido solamente desde un sector; hay que considerar a todo el país’, manifestó Randazzo, en alusión a la protesta, iniciada en rechazo a la presión impositiva y otras medidas oficiales para el sector.
La medida, inicialmente de dos días, fue extendida este viernes ante la renuencia del gobierno a escuchar las reclamaciones de los productores e iniciar un diálogo, explicaron portavoces de los organizadores.
Sin embargo, el ministro consideró que ‘no tiene ningún sentido’ la huelga que comenzó el jueves y que está previsto que finalice el próximo miércoles, aunque un sector del campo propuso ayer que continúe ‘por tiempo indeterminado’ hasta que ‘el Gobierno revise sus medidas’.
La propuesta de seguir con el paro fue realizada durante el acto que los productores realizaron este sábado en la ciudad bonaerense de Pergamino, en el marco de las actividades de protesta que lleva adelante el sector durante los días de huelga, que consiste en no vender sus productos ni hacer ninguna compra.
‘Los productores están con bronca pero contentos porque la protesta cuenta con un gran apoyo de la gente. Ahora queremos seguirla hasta el final’, indicó el titular de la Federación Agraria Argentina (FAA), Jorge Solmi, a medios locales.
La FAA junto con la Sociedad Rural, las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y las cooperativas de Coninagro, que reúnen a unos 290.000 productores agropecuarios, reaccionaron con indignación al aumento en los impuestos a las exportaciones de granos dispuesto el martes, que consideran ‘confiscatorio’.
Las entidades aseguran que el paro tuvo fuerte impacto en el Mercado de Hacienda de Liniers, en Buenos Aiies, el mayor del país.
En la práctica, el mercado agropecuario argentino no volverá a la normalidad hasta el martes 25 pues la finalización de la huelga se une a los festivos de la Semana Santa y el ‘Día de la Memoria’ por el golpe de Estado militar del 24 de marzo de 1976.
El Gobierno anunció este martes un fuerte incremento en los impuestos a las exportaciones de soja, que pasan del 43 al 49 por ciento, y de girasol, del 37 al 45 por ciento, así como un leve descenso en el caso del trigo (24 a 30 por ciento) y el maíz (20 a 25 por ciento).
Argentina es el primer exportador mundial de girasol, el segundo de maíz, el tercero de soja y el cuarto de trigo, y ocupa también puestos de relevancia en el comercio global de derivados (aceites y harinas) de estos granos.
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