Un vecino de Sevilla ha denunciado que el juzgado de Familia le ha embargado 700 euros mensuales de su sueldo de 846 euros netos, lo que ‘le condena a la indigencia’ y ha llevado a su empresa a plantearse el despido.
El abogado del afectado informó de que el juzgado de Familia 7 ha decidido embargar dicha cantidad pese a tener constancia oficial del importe de la nómina del afectado y de un auto del juzgado de instrucción 2 que declaró inexistente la deuda de 7.259 euros que reclamó la ex esposa.
Esa cantidad correspondía a supuestas pensiones alimenticias impagadas desde 2003, junto a sus intereses legales, pero el juzgado de instrucción 2 de Sevilla, en un auto, determinó que no es cierto que el acusado C.R.N. dejase de pagar las pensiones y, por el contrario, ‘acredita documentalmente el pago de cantidades superiores a las aquí reclamadas’.
En un auto de agosto de 2007 este juez entendió que el acusado pagó gastos médicos, de ropa y libros de sus dos hijos, que tienen 13 y 9 años, aportaciones que consideró parte del ‘sostenimiento de los hijos’ con independencia ‘de que dichas cantidades hayan sido pagadas directamente por el denunciado, sin entregarlas a la denunciante’.
El juez, por ello, ordenó al padre que entregase dichas cantidades directamente a su ex esposa M.L.T., pero añadió en su auto que ‘dicha omisión no determina que nos encontremos ante unos hechos de relevancia penal’.
Pese a ello, el juez de Familia número 7 ha ordenado a la empresa del padre, ubicada en Mairena del Aljarafe (Sevilla), la retención en sus nóminas de 700 euros mensuales, ha informado el letrado.
El afectado, por su parte, ha manifestado que se siente indefenso porque ‘nadie le escucha’ y ha afirmado que no podrá sobrevivir con 146 euros al mes ya que su padre, que es un jubilado, ‘solo me ayuda en lo que puede’.
Al verse privado de 700 euros mensuales, se ve ‘condenado a la más absoluta indigencia’, y ‘tengo miedo cada mañana de llegar a trabajar, porque temo que me echen a la calle’.
Asegura que su empresa se ha planteado prescindir de sus servicios por el miedo a que reduzca su rendimiento a cambio de tan exigua paga.
El hombre trabaja desde 2005 en la empresa, donde ha desempeñado diversas funciones en contratos de sustitución como auxiliar administrativo y, desde septiembre de 2006, como viajante, puesto que desempeña en la actualidad.
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