Los trabajadores han decidido mantener las movilizaciones contra la reforma de las pensiones, aprobada el jueves por el Parlamento.
Una sesión que fue seguida de cerca desde las calles de Atenas. Aunque la mayoría de las protestas transcurrieron de forma pacífica, unos 300 manifestantes se enfrentaron contra la policía en las inmediaciones de la Cámara.
Aprobada por 151 votos, de un total de 300 escaños, el rechazo popular a esta reforma se ha traducido ya en tres huelgas generales y varias jornadas de protestas masivas. Semanas de manifestaciones que han sumido al país en el caos.
La nueva legislación se traduce en una ampliación de la vida laboral de los griegos, incentivando a aquellos que decidan retrasar su jubilación, y unifica los sistemas de pensiones. Medidas dirigidas a llenar las maltrechas arcas públicas.
Entre los sectores de la población más perjudicados destacan las mujeres y, especialmente, las madres.
El texto aprobado frena las jubilaciones anticipadas y aumenta el tiempo de cotización. Siete años más para los hombres y cinco para las mujeres.
El gobierno griego asegura que sin esta reforma el país entraría en bancarrota en 15 años. Para los sindicatos es el fin del estado de bienestar en Grecia y reclaman la celebración de un referéndum para derogar la reforma.
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