La Policía Nacional detuvo a T.G.F de 20 años de edad y natural de Brasil por un presunto delito de falsedad documental al estar en posesión de una carta de identidad italiana falsificada. La Policía tuvo conocimiento a principios del mes de febrero de que en la ciudad de Gijón, ciudadanos extranjeros, en su mayoría brasileños, estaban intentando introducir documentaciones falsas, en concreto cartas de identidad portuguesas e italianas, para posteriormente obtener los correspondientes Certificados de Registro de Ciudadano de la Unión, y poder acceder al mercado laboral.
A mediados del mes de marzo, agentes de la Brigada de Extranjería y Documentación de la Comisaría de Gijón detuvieron a un ciudadano brasileño por falsedad documental e Infracción a la Ley de Extranjería, al que se le intervino una carta de identidad italiana falsificada.
Una vez observada la carta de identidad que portaba se pudo detectar que dicho documento no reunía las correspondientes medidas de seguridad, por lo que carecía de documentación que acreditase su verdadera identidad. Más tarde se pudo conseguir su pasaporte brasileño, y dado que se encontraba en situación irregular, fue así mismo detenido por Infracción a Ley de Extranjería.
Por dicha carta de identidad pagó la cantidad de 400 euros. Ante la posible existencia de más personas que porten dicha documentación falsa, la policía continuó las investigaciones para la localización y detención de los falsificadores y de los que se valen de los documentos falsos para conseguir acreditarse como ciudadano de la Unión Europea.
Según informó la Policía a través de una nota de prensa, tanto la carta de identidad portuguesa como la carta de identidad italiana son documentos fácilmente falsificables por sus escasa medidas de seguridad, por lo que las organizaciones dedicadas a este tipo de fraudes utiliza esta clase de documentaciones.
Los ciudadanos brasileños, dada la similitud del idioma suelen utilizar más las cartas de identidad portuguesas para así tratar de pasar desapercibidos, como si en realidad se tratasen de ciudadanos portugueses, y por tanto ciudadanos pertenecientes a la Unión Europea. La Policía mantiene abierta la investigación policial.
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