El amargo divorcio del fin de semana entre dos sindicatos de actores ante las próximas conversaciones de contrato con los productores de Hollywood parece una escena de telenovela que pone a los astros del género en los papeles cruciales.
El Sindicato de Actores de la Pantalla (SAG, según sus siglas en inglés) y la Federación Estadounidense de Artistas de Televisión y Radio (AFTRA) se han estado lanzando flechas en torno a quién representa mejor a unos 44.000 actores que son miembros de ambos grupos.
Ahora el colmo, según la presidenta de AFTRA Roberta Reardon, es la "implacable campaña de desinformación y desacreditación" que emprende el SAG con el fin de seducir a los actores de la telenovela "The Bold and The Beautiful" para que abandonen la federación.
La inflada retórica de ambos sindicatos ocasionó la destrucción de un atrevido romance por culpa de una falsa aventura.
Reardon dijo en un comunicado el sábado que AFTRA, que representa en su mayoría a artistas de la televisión matutina, terminó de "perder el tiempo evaluando si nuestro socio era honesto con nosotros".
El presidente del sindicato, Alan Rosenberg, respondió el domingo que su organización, un grupo más grande que representa a grandes artistas del cine y la televisión, "no deseaba" alejar a los astros de las telenovelas de la federación cuando él y otros ejecutivos fueron invitados por los actores de "Bold" Susan Flannery y John McCook a un almuerzo hace un mes en Los Angeles.
Calificó la insinuación como una excusa "calculada" y "cínica" de la AFTRA para apresurar el fin de su sociedad. "Hace tiempo que quieren salirse de esta relación", dijo.
También el domingo, la junta directiva del SAG aprobó por unanimidad un paquete propuesto que presentaría en las próximas conversaciones con los productores, y del que no se revelaron detalles.
Las negociaciones con grandes estudios y cadenas de televisión sobre las condiciones laborales en producciones cinematográficas y series televisivas de horario estelar son el punto clave del altercado entre ambos grupos. El actual contrato de tres años vence el 30 de junio.
Durante 27 años, el sindicato, que representa a 120.000 miembros, y la federación, con 70.000, habían negociado juntos los contratos.
Pero el reciente paro de guionistas de 100 días, que le costó a la economía de Los Angeles unos 2.500 millones de dólares, inyectó una urgencia por llegar a un nuevo acuerdo contractual mientras la industria intenta reconectarse con el público.
La AFTRA y los productores, representados por la Alianza de Productores del Cine y la Televisión, ha expresado que busca llegar a un acuerdo pronto y evitar que haya otra huelga. Pero el SAG, pese a súplicas de astros como George Clooney y Meryl Streep, pareciera andar cojeando. Según los observadores, tales conflictos son comunes en un pueblo de egos grandes y muchos asuntos en juego.
"Existe una larga historia entre sindicatos rivales en la industria del espectáculo", que data de los días de Ronald Reagan como presidente del SAG en los años 40 y 50, dijo Daniel Mitchell, profesor de gerencia y políticas públicas de la Universidad de California en Los Angeles. "Quizás no es sorprendente que dos segmentos distintos no se miren a la misma altura".
La separación le duele a los actores, que ahora empezarán sus negociaciones con CBS, Fox, NBC Universal y otras productoras con un frente dividido, dijo Rosenberg.
También obligaría al SAG a adelantar sus negociaciones, previstas para mediados de abril, con el fin de evitar que la AFTRA negocie un acuerdo más débil.
La AFTRA dijo el domingo que ya ha discutido informalmente con los productores un calendario de negociaciones.
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