Las pymes catalanas demostraron una dinámica productiva superior a las grandes empresas, con un 2,1% más de Volumen Añadido Bruto (VAB) en 2005, según el anuario presentado ayer sobre la pyme catalana.
La patronal Pimec ha dado a conocer en rueda de prensa los resultados económicos y financieros relativos a las pequeñas y medianas empresas catalanas en el periodo 2000-2005.
El sector empresarial de las pymes, que representa un 60,1% del PIB catalán, creció un 4,4% en términos reales en 2005, mientras que las grandes empresas, que representan un 32% del PIB, lo hicieron un 2,3% en el mismo periodo.
La proporción de empresas que exportan ha aumentado entre 2004 y 2005 en cuatro de los siete sectores (energía, química, textil y otros), se ha mantenido igual en el sector alimentario y ha disminuido en el de la metalurgia y el de material de transporte.
En el periodo analizado, el número de pymes en Cataluña ha pasado de 459.000 en el año 2000 a 517.000 en el año 2005 y han sido concretamente las empresas con asalariados las que explican dos terceras partes del aumento (36.564 nuevas empresas del total de 57.189).
Las empresas sin asalariados, que concentran el 52,7% del total, ilustran, por su parte, el 36% del crecimiento acumulado durante el quinquenio analizado.
Según el director de Economía y Empresa de Pimec, Modest Guinjoan, se trata de una ‘tendencia sostenida pero con una dinámica positiva’, aunque ha destacado que la evolución de la productividad ha tenido un comportamiento de ‘estancamiento’ tanto para las grandes empresas como para las pymes.
La productividad, expresada en términos de VAB/empleado ha sido del 0,6% en las grandes empresas y del 0,2% en las pymes entre 2000-2005, situando en el último año una cantidad de 64.000 euros por empleado en las grandes empresas y de 41.000 euros en las pymes.
El presidente de Pimec, Josep González, ha emplazado al gobierno ha hacer una reforma laboral para acabar con el entorno ‘rígido’ que rodea las empresas ya que las pymes no tienen tantos recursos como las grandes empresas frente una mala situación financiera.
Desde su punto de vista, ha faltado establecer ‘medidas reguladoras’ que eviten situaciones como las que se están viviendo en la construcción, y ha subrayado que el gobierno debe ahora ‘destinar fondos al sector servicios y al industrial si deja de adjudicarlos a la construcción’.
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