Un centenar de proveedores de la constructora Seop se concentraron en el mediodía de ayer ante la sede de la empresa, perteneciente al grupo Silver Eagle, para protestar por el retraso que se está produciendo en los pagos por parte de la compañía, que se ha declarado insolvente.
La intención de los afectados, ataviados con chalecos reflectantes y cascos de obra, era la de forzar a la dirección de la empresa a recibirles, y aunque finalmente lograron su objetivo, no les ofrecieron soluciones.
Según explicó uno de los portavoces de la recién constituida Asociación Española de Proveedores Impagados de la Construcción, Abraham Carrasco, en el encuentro hubo "muy buenas formas", en la línea habitual, pero de momento, los trabajadores siguen "en la calle y sin un duro".
"Si cobramos algo, será dentro de muchos meses y ya no va a valer para nada, porque estaremos embargados o con nuestras empresas cerradas", advirtió. Además, afirmó que ya ha habido algunas empresas que han tenido que despedir empleados ante la imposibilidad de hacer frente al pago de los seguros sociales que les exigen para poder trabajar. Algunos de los proveedores llevan sin cobrar desde octubre.
Según los cálculos de la asociación, unas 10.000 personas están afectadas por la situación de forma indirecta por haber dejado de cobrar "millones de euros". A éstos se añaden los 1.000 trabajadores directos de Seop, cuyos empleos también peligran.
La asociación considera que no se puede permitir que la situación se prolongue, ya que existen otras empresas que atraviesan complicaciones derivadas de la crisis inmobiliaria. "Si les sale bien, otras empresas van a intentar hacer lo mismo, y los autónomos, las pymes y las microempresas del sector va a ser los afectados", añadió Carrasco.
A partir de ahora, la asociación pretende organizarse y "servir de palanca" para que se tomen medidas y se planteen soluciones en el plazo más breve de tiempo, y si es necesario, contando con la intervención del Gobierno.
Los comentarios están cerrados.