La brecha entre las empresas españolas y suizas en términos de capacidad innovadora pone de relieve la necesidad de implementar ajustes estructurales y aumentar la financiación de la investigación y el desarrollo (I+D) en España. Así lo han concluido el cónsul general de Suiza en Barcelona, Othmar Hardegger, y el director general de ERNI Consulting España, Gerard Esparducer, en una reunión organizada en las oficinas de la firma.
En este sentido, ambos han subrayado que las medidas para aumentar la capacidad de innovación contribuirían a reforzar la competitividad del país y fomentar un entorno propicio para el crecimiento empresarial.
«El Índice Mundial de Innovación proporciona entre otros, indicadores sobre las multinacionales con mayores gastos en I+D, entre las que hay varias empresas con sede en Suiza, como ABB, Nestlé, Novartis y Roche», ha recordado Hardegger, que considera de gran importancia para la capacidad innovadora de Suiza que estas multinacionales cuenten con fuertes actividades de I+D. «Además, la fuerte orientación por las exportaciones requiere de una elevada capacidad de innovación también por parte de nuestras PYME», ha añadido.
Suiza, la economía más innovadora a nivel global
La última edición 2022 del Índice de Innovación Global (GII) ha posicionado a Suiza como el país con la economía más innovadora del mundo por 12º año consecutivo, seguida de Estados Unidos, Suecia, Reino Unido y Países Bajos. España, por su parte, se encuentra en la posición 29 de este ranking que analiza las tendencias de la innovación global más recientes tras la pandemia de COVID-19 y en un contexto de desaceleración del crecimiento de la productividad.
Para Gerard Esparducer, director general de ERNI Consulting España, empresa suiza afincada en España desde hace 10 años especializada en el desarrollo de soluciones de software y firmware a medida, aunque España tiene capital humano de primer nivel mundial, «no tiene interiorizado el gran retorno de inversión que genera la apuesta por la innovación».
«La mayoría de las empresas suizas, sean grandes corporaciones o pymes, dedican cada año partidas presupuestarias relevantes para construir su futuro. Esta mentalidad genera un ecosistema de innovación a nivel de país. Con los años, Suiza ha tejido las estructuras necesarias para transformar todo ello en beneficios para sus ciudadanos y sus empresas», detalla.
Barcelona y Madrid como capitales para Hubs de I+D
Según Esparducer «el reto al que nos estamos enfrentando para vehicular los fondos pone de manifiesto lo poco maduros que son nuestros procesos de innovación», y subraya la importancia de «construir canales y modelos de colaboración para que las compañías sean capaces de convertir estos fondos en beneficios para los ciudadanos y el sector empresarial». Asimismo, reafirma que el problema fundamental es la falta de comprensión en todas las capas de la sociedad sobre qué implica realmente innovar.
Empresas suizas como Nestlé, Zurich Insurance, SGS, Novartis, Dormakaba o Roche han decidido establecer «Hubs» de I+D tanto en Barcelona como en Madrid. Por lo que se puede dar la paradoja de que España aumente su nivel de I+D debido al gran capital humano que es capaz de crear y atraer, aunque liderado por empresas internacionales.
Tanto Barcelona como Madrid se han convertido en un destino atractivo para las empresas suizas para establecer sus Hubs de Innovación. La ciudad condal, en concreto, ha dirigido su mirada hacia Europa y se ha posicionado como una región construida para atraer a inversores extranjeros, tanto grandes multinacionales como start-ups.
«Históricamente, Cataluña ha sido la puerta de entrada a España para nuestras empresas. El entorno empresarial era avanzado, la mentalidad era parecida a la de Suiza e muchas grandes empresas españolas estaban aquí», ha explicado Hardegger.
De esta manera, tanto el cónsul general de Suiza en Barcelona como el director general de ERNI Consulting coincidieron en que España tiene un reto en el campo de la innovación para ponerse al nivel de los mejores países europeos. Parte del éxito de Suiza reside en la fiabilidad de sus instituciones, un clima empresarial favorable y un eficaz ecosistema para las actividades de I+D.
En España, según Esparducer, tenemos la oportunidad de aprovechar los fondos europeos para cambiar mentalidades, para fomentar ecosistemas y para tejer los procesos y recursos empresariales que puedan sustentar la innovación de forma natural.