El cambio climático ha traído consigo un aumento más que considerable de las temperaturas a nivel global y una prolongada segquía y España se ha visto afectada de lleno a lo largo de los últimos años. Los incendios han aumentado y han mantenido al país y, en general, a zonas de muchos países mediterráneos, en alerta. Sin ir más lejos, el pasado mes de julio fue considerado como el más cálido de la serie histórica de España. En el año 2013 la superficie total quemada de España alcanzó los 37.069 hectáreas.
Y no sólo en España, los incendios han asediado gravemente y recientemente a países como Grecia, Italia, Sicilia…
Pese a que el sur del continente sufre incendios año tras año, en el conjunto de la Unión Europea el número total de bomberos en activo bajó en 2022 hasta los 359.783 efectivos, 5.300 menos que en el año anterior y el equivalente a tan sólo un 0,2% del total de población ocupada, según los datos publicados este lunes por Eurostat.
Alemania es el país europeo que cuenta con un mayor número de bomberos: 64.869, siendo España el segundo, con 42.011 profesionales, ya que debido a los últimos incendios acontecidos en el país, ha incrementado su plantilla incorporando hasta 5.233 empleados el año pasado. Grecia es el país que más ha aumentado el número de profesionales, alcanzando un total de 18.741
Durante el año 2021, que es el más reciente con datos disponibles, la Unión Europea asignó un total de 34.133 millones de euros para fortalecer las medidas de prevención y control de incendios, es decir, un incremento del 2,5% en comparación con el año anterior y corresponde al 0,2% del Producto Interno Bruto (PIB) comunitario.
En el contexto de esta inversión, España se posicionó como el cuarto país con mayor gasto en esta área, siguiendo a Grecia, Francia e Italia. La nación destinó 2.375 millones de euros, experimentando un aumento del 6,8% respecto al año 2020, y manteniendo también un nivel del 0,2% en proporción al PIB.
Este enfoque en asignar recursos a la prevención de incendios ha ido en aumento en los últimos años, una tendencia que debe continuar en el futuro debido al impacto del cambio climático. Dicho fenómeno ha adelantado la temporada de incendios, que ya no se limita solo al verano. Un ejemplo de esto es que, en marzo de este mismo año, se registraron incendios que afectaron áreas como Teruel y Castellón en España.