La medición de la productividad es, sin duda, una de las grandes obsesiones de las empresas, que necesitan contar con indicadores sólidos y fiables acerca del rendimiento de sus trabajadores de cara a corregir posibles desviaciones o introducir mejoras. En ese sentido, herramientas tecnológicas de medición como las de WorkMeter resultan de gran ayuda ya que aportan la objetividad y el rigor de unas métricas contrastadas y en tiempo real sobre el desempeño individual y colectivo de las personas que forman parte de la organización.
Sin embargo, más allá de que la empresa necesite conocer detalles acerca de la marcha de su producción, también para los profesionales, a título individual, resulta fundamental saber en todo momento cómo se comporta su desempeño, así como identificar puntos fuertes, debilidades, carencias y posibilidades de mejora. Según Joan Pons, CEO de WorkMeter, “Tener un amplio autoconocimiento del propio desempeño es esencial de cara a crecer como profesional. En ese sentido, es importante conocer no solo los ‘cuantos’, es decir, los resultados obtenidos, sino también los ‘cómos’, o sea, la manera en que alcanzamos esos resultados, ya que solo así podremos tomar medidas para mejorarlos”.
La empresa especializada en sistemas de medición de productividad y registro horario ha identificado una serie de pautas que pueden ayudar a un trabajador a gestionar mejor su propia productividad.
- Planificación diaria/semanal. Una forma muy eficaz de comenzar la jornada es anotar las tareas que se tiene previsto realizar durante el día, junto a una estimación del tiempo que puede llevar completarlas, así de su nivel de urgencia y de las tareas secundarias que lleven aparejadas. Es importante tratar de ser realista con la elaboración de esa agenda, y no tratar de abarcar más de lo que nos permita nuestras capacidades o posibilidades.
- Organización. Uno de los principales enemigos de la productividad individual es la desorganización. Tener todos los documentos, herramientas, contactos y recursos perfectamente al día y localizados ahorra mucho tiempo y agiliza las tareas. El espacio físico de trabajo también debe estar limpio y organizado.
- Evitar la fragmentación. La fragmentación de las tareas a causa de los numerosos inputs o interrupciones que, en forma de correos electrónicos, whatsaps y otras interacciones de compañeros, proveedores y clientes, se reciben cuando se teletrabaja es la gran enemiga de la productividad. Herramientas como WorkMeter, permiten medir esas interrupciones, tener una estimación de cómo afectan a las tareas y al cumplimiento de objetivos y ayuda a poner los medios para evitarlas.
- Trabajo en equipo. Casi ningún trabajo se realiza de manera completamente individual, de hecho, la mayoría de los proyectos implican colaboración con otras personas en alguna medida. Tener identificados a esos compañeros clave, saber cuál es su función en el proyecto y establecer una comunicación abierta, franca y eficaz con ellos también tendrá efectos positivos sobre el propio desempeño individual.
- Feedback. Mantener un diálogo frecuente, bidireccional y orientado a la mejora con los mandos es otra vía directa de acceso a mejoras en el desempeño, ya que permite al trabajador tener una visión clara de lo que piensa la empresa de su desempeño y de lo que espera de él.
- Autoevaluación. Muchas veces, la mejor crítica al propio desempeño es la que proviene de uno mismo. Pero para que eso sea posible se necesitan herramientas que aporten datos fiables y objetivos acerca de las tareas, tiempos de trabajo y herramientas en las que está implicado el profesional. Una información que, combinada con sus resultados, aporta una visión mucho más completa y objetiva de su rendimiento global.
- Ayuda. Un desempeño insuficiente puede estar motivado por carencias formativas o de recursos, por ejemplo, tecnológicos, o a una deficiente planificación de la carga del trabajo. En ambos casos es muy importante que el profesional sea capaz de identificar esa carencias y pedir, de forma argumentada y asertiva, ayuda a sus superiores para subsanarlas.
- Actualización. Una de las obligaciones de todo profesional es mantenerse permanente actualizado en su disciplina o campo de especialidad. Una responsabilidad que pasa por tener curiosidad e inquietud por conocer las últimas tendencias y solicitar, en su caso, formación a su empresa en aquellas novedades que considere interesante recibir capacitación si piensa que puede servirle para mejorar su rendimiento.
- Descanso. Es evidente que un cuerpo y una mente sanos y descasados rinden más y mejor que cuando no lo están. Es fundamental dormir suficientes horas por las noches, comer de manera saludable y mantener una cierta rutina de ejercicio físico. Algunas aplicaciones de medición de productividad permiten configurar alertas y avisos para que los empleados no respondan mails/cierren su PC al terminar sus horas obligatorias y practiquen una sana y necesaria desconexión digital. Y también pueden configurarse para avisar de la necesidad de realizar una pausa durante la jornada cuando se lleva demasiado tiempo trabajando delante de la pantalla.
- Aplicaciones. Las herramientas medición de productividad como las de WorkMeter son una perfecta brújula que ofrece información en tiempo real a un profesional acerca de su desempeño y le brinda pistas para mejorarlo. Un valioso complemento que aporta objetividad a las siempre engañosas percepciones personales y que, al mismo tiempo, permite poner en contexto las cifras del desempeño.