Lo dicen los expertos en gestión de personas, lo dicen los psicólogos y lo dice, también, la ley: la desconexión digital es un derecho de todo trabajador (a no tener que estar pendiente del ordenador fuera de su horario laboral, a no recibir mensajes o llamadas a su teléfono, etc.). En verano, con las vacaciones anuales a la vuelta de la esquina para la mayoría, este tema cobra, si cabe, más importancia.
Si durante el año necesitamos desconectar, tanto los fines de semana como diariamente para abordar con ganas el día siguiente y no tener esa sensación de carga laboral o desmotivación que pueden desembocar en estrés o ansiedad, en verano esa desconexión por las vacaciones se vuelve indispensable para nuestro equilibrio personal y profesional.
El curso laboral suele ser largo y duro, y el descanso es fundamental para el bienestar físico y mental, pero también para la productividad de la empresa en los meses posteriores. «De poco sirve un trabajador ‘quemado’ que vuelve tras las vacaciones con desilusión y desgana», explican desde el equipo de psicólogos de Affor Health.
Para todos ellos, y también como guía para las empresas que quieran animar a sus trabajadores a ‘descansar bien’, esta compañía especializada en promover el bienestar psicosocial de las personas en las empresas y organizaciones, ha elaborado una serie de consejos para ayudar a que el proceso sea sencillo y beneficioso, de forma que todos los trabajadores puedan desconectar, llenar sus reservas de energía y volver al trabajo como nuevos.
- Descarga la mochila poco a poco: Aunque con los ritmos de trabajo que se llevan es más fácil decirlo que hacerlo, recomendamos empezar desde una semana antes de las vacaciones a ‘desestresarnos’. Intentemos terminar los proyectos pendientes y delegar, con confianza, los que no podamos terminar, de este modo nos iremos más tranquilos y menos preocupados por lo que dejamos atrás.
- Evita los aparatos, todos los que puedas: Hablamos de desconexión y el principal problema aquí es la omnipresencia de lo digital, así como de la facilidad de estar conectado y que nos contacten. Lo mejor que podemos hacer es dejar en casa el ordenador portátil y suspender temporalmente los grupos de correo o mensajería que nos conecten con el mundo laboral. El reloj, puesto que cada vez es más inteligente, también es mejor dejarlo a un lado estos días, no solo por la conexión, sino también porque deberíamos ser capaces de alejarnos por este poco tiempo de la rigidez de los horarios y, en su lugar, hacer lo que nos pida el cuerpo, que es sabio.
- Más contacto humano: Lo más habitual es que pasemos las vacaciones en compañía de familiares y amigos, disfrutando del tiempo de calidad que muchas veces no podemos pasar con ellos durante el año. El verano es el momento de pasear, descubrir, charlar, jugar con los niños (o con los mayores)… Y si viajas solo, busca también un rato de compañía: conocer a personas nuevas es una estupenda manera de resetear la mente, que es lo que buscamos en estos días.
- Un retorno sosegado: Pasar ‘de cero a cien’ no suele ser saludable, tampoco para nuestra mente en este caso. Si te lo puedes permitir, vuelve al hogar un par de días antes de que tengas que incorporarte al trabajo, y una vez allí, date tiempo para limpiar la bandeja de entrada, retomar responsabilidades y volver, poco a poco a la rutina.
- Paréntesis de desconexión durante el año: El nuevo curso se coge con ilusión y, casi siempre, también con algo de ansiedad por todas las responsabilidades pendientes. Intentemos reservar, durante todo el año, esos momentos de desconexión -fines de semana, alguna tarde que dedicamos a un hobby, práctica de deporte regular- que nos ayudan a cargar pilas y a seguir con el cuerpo a punto y la mente centrada.
Las vacaciones han de ser un tiempo de paz y disfrute para todos, y tanto para el cuerpo como para la mente. Cada vez más empresas entienden que respetar este descanso de los trabajadores es la mejor manera de fidelizarlos, de mantener la productividad y de retener el mejor talento.
¡Felices vacaciones desconectadas!