Una de las mejores estrategias de marketing para que las marcas destaquen frente a las audiencias es la gamificación ya que ayuda a mejorar el compromiso de los usuarios y su motivación, a la vez que permite recopilar zero y first-party data de los internautas, mejorar la fidelidad de los clientes y promover la marca.
Antonio Molina, CRO de Qualifio, plataforma líder de recopilación de zero y first-party data, explica que “la gamificación se basa en elementos emocionales, motivacionales y persuasivos por lo que consigue que las audiencias participen en acciones a las que, normalmente, no se sumarían. Sin embargo, para lograrlo la marca debe mostrar que su propuesta de juego es disfrutable, trabajando la oferta visual de sus productos”.
Por ello, es importante que antes de gamificar alguna acción de marketing las marcas conozcan los 10 pasos clave que deben cumplir este tipo de estrategias:
- Objetivo. Un juego tiene objetivos predefinidos para los jugadores. Solo así, la gamificación tendrá sentido y propósito para los consumidores, motivándoles a jugar diariamente.
- Límites. Además, deben tener una serie de límites que determinan cómo pueden actuar los jugadores en la partida y las reglas que existen.
- Reglas. Los jugadores deben adoptar una actitud lúdica, es decir, tienen que aceptar las reglas del juego, pues solo así se facilita la experiencia.
- Participación. Los jugadores deben participar de forma voluntaria.
- Audiencia. A la hora de utilizar la gamificación como estrategia de marketing es imprescindible saber para quién se diseña, es decir, a qué audiencia queremos alcanzar. Por ejemplo, una marca de consumo tendrá como objetivo llegar a su comunidad de consumidores.
- Motivación. Motivar a la comunidad también es clave para que el juego tenga éxito. Por ello, hay que ofrecer premios interesantes. Ahora bien, es importante que el juego no tenga grandes riesgos y que tampoco consuma mucha energía pues, estos dos elementos, pueden hacer que la motivación decaiga.
- Maestría. El juego debe ofrecer al jugador la opción de progresar y adquirir nuevas habilidades, es decir, debe tener maestría. Esta sensación de éxito motiva a los participantes a continuar jugando.
- Flujo. La narrativa del juego es clave para que los jugadores alcancen el estado de flujo, que es el momento en el que alguien está inmerso profundamente en una actividad y siente engagement. La narrativa también sirve para conectar la historia con la marca y ayudar a la audiencia a entender su personalidad.
- Autonomía. Es aconsejable que los jugadores tengan libertad de decisión y habilidad en el juego ya que podrán explorar su creatividad. Para ello, la campaña que se les presente puede ser personalizable, es decir, los jugadores pueden elegir sus nombres, su avatar, etc.
- Autoestima. Es la forma en la que los jugadores se perciben a sí mismos, cómo son realmente y cómo quieren ser percibidos por los demás. La percepción de uno mismo está directamente relacionada con el alcance del objetivo en un juego y con el nivel de maestría en el mismo.
Por último, desde Qualifio, recuerdan que la gamificación puede utilizarse en marketing de distintas formas: creando programas de fidelización, ofreciendo recompensas, lanzando juegos que promuevan productos, recopilando cero y first-party data, etc. Por lo que las marcas tienen muchas oportunidades para impulsar el engagement con su audiencia y fomentar la fidelización, a través de la gamificación.