La dirección de Ford ha anunciado su propuesta para ajustar su plantilla en la factoría valenciana Almussafes que irá reduciendo su carga de trabajo en modelos convencionales para centrarse en los eléctricos a partir de 2025. La primera intención es suprimir 1.100 empleos de los 6.000 que componen la plantilla actual.
En abril de 2023 está previsto el cese de la fabricación de los modelos S-Max y Galaxy ya que la multinacional está acelerando su estrategia hacia la electrificación total de sus vehículos de pasajeros en 2030 y de todo su portfolio en 2035. Por lo tanto, la factoría de Almussafes se quedará con la producción solo del Kuga hasta la fabricación de los nuevos eléctricos. Dicha fábrica fue la elegida para producir la nueva plataforma de vehículos eléctricos GE2 a partir de 2025. Esta decisión aseguró la carga de trabajo en los próximos años. Aunque la adjudicación de los nuevos vehículos eléctricos supuso garantizar el futuro de la fábrica, la dirección de la empresa avanzó que la transformación de la producción supondría redimensionar la plantilla porque la fabricación de vehículos eléctricos requiere de menos mano de obra.
La automovilística se encuentra en proceso de reducción de sus operaciones en Europa.
En febrero, la compañía ya anunció que reduciría su plantilla en 3.800 personas en Europa en puestos de ingeniería y administración, una carga de trabajo que pretende llevarse a Estados Unidos. Hasta entonces, España se libró de la mayor parte del recorte, porque el 95% de esos despidos se producirán en Alemania y Reino Unido.