Desde hace unos años, dentro del mundo del coaching y de la psicología se ha reforzado el concepto de la Comunicación Efectiva. Un concepto que responde a todo aquel proceso comunicativo en el que se es capaz de enviar o recibir un mensaje sin alteraciones, de forma clara y con reciprocidad entre los interlocutores. Parece algo normal, pero la realidad lleva mucho tiempo demostrando que, en general, la comunicación suele ser de todo menos efectiva.
Su concepción es algo que ha ayudado a entender cuáles son los requisitos y procesos necesarios para conseguir que una comunicación sea realmente efectiva. Y lo que es mejor, gracias a eso, se ha descubierto que puede ser algo realmente útil y valioso tanto a nivel personal como a nivel profesional. ¿Y cómo puede ayudar la comunicación efectiva a los profesionales, a las empresas? Vamos a verlo.
¿Por qué es tan importante la Comunicación Efectiva en empresas?
Su relevancia dentro del ámbito profesional es tal que a día de hoy se pueden encontrar hasta centros especializados la materia. Sin ir más lejos, el Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP) dispone de un curso especial en Coaching de Fortalezas en el que la Comunicación Efectiva es una de las materias principales. Es un campo que requiere su total dominio y entendimiento para trasladarlo a la práctica del día a día en las empresas.
Y es precisamente a través de ese dominio con lo que mejor se pueden aprovechar sus principales bondades. Los expertos en oratoria lo tienen como una herramienta principal, ya que es precisamente lo que emplean para poder trasladar su mensaje con eficacia. Sin esta comunicación, el coaching de fortalezas no tendría sentido alguno, no funcionaría ni la mitad de bien de como puede llegar a hacerlo. Algo que, a su vez, se refleja en muchos otros campos.
¿Cuáles? Vamos a ahondar en sus bondades dentro del ámbito laboral para entenderlo mejor. Así es como la comunicación efectiva mejora el ambiente de trabajo y el ámbito laboral en general:
Empleados felices
Todas las partes comparten el mismo mensaje. Además, en la comunicación efectiva hay una reciprocidad total, siempre hay un equilibrio entre emisor y receptor, y un intercambio constante de papeles, para conseguir esa fluidez y entendimiento que tanto la caracterizan. Gracias a esto, el equipo de trabajo siempre va a estar más feliz, entre otras razones, porque sabe que está siendo escuchado y, a su vez, que puede expresar lo que piensa sin problemas.
Todos los trabajadores se sienten escuchados, entendidos y valorados. Saben que lo que dicen importa y se tiene en cuenta, y que incluso puede hacer que se cambie el enfoque de un proyecto o se mejore el flujo de trabajo. En definitiva, saben que no son uno más, que son una pieza clave para el equipo y para la empresa.
Mejor distribución de tareas y recursos
Al haber una mejor comunicación entre todas las partes, es mucho más fácil tener un equipo bastante más coordinado. En caso de problemas, o de que haya partes que no funcionen como deberían, se puede ver rápidamente el motivo y hablar o buscar una forma de solventar la situación de la mejor manera posible.
De este modo, se pueden replantear estrategias o procesos, se pueden buscar métodos con los que aumentar la productividad. Aunque la clave principal de todo es que el equipo se podrá organizar mucho mejor y distribuir todas las tareas que hagan falta con fluidez y sin confusiones. En definitiva, se consigue una mayor eficiencia en todos los frentes.
Mayor enfoque del equipo
Se pueden repartir mejor las tareas, pero también se puede dejar claro el objetivo a seguir con más claridad. La Comunicación Efectiva elimina cualquier atisbo de duda o posible confusión, deja cada concepto muy claro y permite que todo el equipo pueda remar en conjunto hacia la meta que quiera conseguir. No habrá errores por malentendidos de ningún tipo.
Esto facilita la concentración y, de nuevo, la compenetración. Al tener las metas más claras, los trabajadores saben mucho mejor qué se necesita y cómo se debe conseguir. Asimismo, se prestan mucho más a colaborar con tal de conseguir alcanzar el objetivo propuesto.
Motivación sana
A tenor de todo lo anterior, lo que se consigue también es un ambiente de trabajo motivador. Todas las partes están implicadas al máximo porque saben que tienen un equipo que quiere compenetrarse y remar en conjunto para conseguir el objetivo que tienen por delante. Eso no hace más que motivarlos a todos y, sobre todo, que esa motivación sea sana y positiva.
Sin competencias innecesarias, sin momentos incómodos, sin mensajes dudosos o conceptos que no sean claros. La comunicación efectiva marca unas vías muy claras y, dada su naturaleza, no hace más que ayudar a los trabajadores, a los equipos, a las empresas incluso, a llegar más lejos que nunca. Porque, al final, tras todo negocio hay personas, y la comunicación es clave para el entendimiento. Sin este, es imposible llegar al éxito.
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