¿Cómo gestiona su tiempo las diferentes generaciones de trabajadores?

La gestión del tiempo se ha convertido en una verdadera obsesión para las empresas. Y optimizar la jornada laboral de los trabajadores, de manera que estos obtengan el máximo rendimiento durante las horas, minutos y segundos que pasan trabajando, es la aspiración de todo responsable de recursos humanos.

Como dice el dicho, “el tiempo es oro”, aunque no a todos los trabajadores les luce igual, ni en todos los momentos, ni en todas las tareas. Ni siquiera en todas las edades. Y es que, según la consultora especializada en medición automática de tiempos y cargas de trabajo, WorkMeter, el factor generacional también influye a la hora de gestionar el tiempo de trabajo. “No es que haya una edad mejor que otra para organizarse la jornada o para sacar el mejor rendimiento de ella. En realidad, esto depende de varios factores, como del tipo de tarea de que se trate o el grado de motivación que tengan los profesionales a la hora de acometerla. Pero sí es cierto que hay determinadas situaciones o funciones en las que el factor generacional tiene un claro efecto en la gestión del tiempo que hagan esos trabajadores, y que dependiendo del momento vital en que se encuentren las harán de un modo más o menos optimizado”, destaca Joan Pons, CEO de WorkMeter.

Para tratar de establecer esas fortalezas y debilidades de los trabajadores a la hora de gestionar su tiempo, WorkMeter ha analizado distintas variables, entre ellas las mediciones realizadas por su herramienta Effiwork tras analizar el desempeño de más 10.000 profesionales pertenecientes a cerca de 200 empresas. 

Al respecto, desde WorkMeter destaca que, más allá de que puedan identificar ciertos patrones comunes en el comportamiento de los profesionales, la mejor manera de obtener información fiable acerca de en qué funciones y tareas son más o menos productivos es a través de cara a introducir mejoras es a través precisamente, de herramientas tecnológicas de medición, ya que éstas, “por un lado, ayudan al manager a detectar dónde hay puntos de mejora en función del perfil y proporcionar soluciones; y, por otro, al empleado a equilibrar el reparto de su tiempo entre las distintas actividades”, recuerdan desde la compañía.

Gestión del tiempo y generaciones

Baby Boomers (nacidos entre 1945 y 1964). Son los más veteranos y, por tanto, se las “saben todas” en cuento a gestión del tiempo (lo cual no siempre es necesariamente positivo).

Lo mejor: Saben identificar muy rápidamente las situaciones (porque ya las han vivido casi todas antes), y no necesitan demasiado análisis para actuar (en ellos no hay parálisis por análisis). Aunque a veces pueda parecer que se desenvuelven más lentamente que sus compañeros más jóvenes, en realidad no es así porque van en línea recta en lugar de dando bandazos y trazando círculos. Y también son buenos ayudando a otros a gestionar mejor su tiempo, ya que pueden actuar como mentores y dar buenos consejos. De hecho, es un rol que les gusta y en el que pueden brillar mucho.

Lo peor: Es un tópico y no se cumplirá en todos los casos, pero pueden fallar en el apartado digital. Su velocidad de aprendizaje en este campo y en general, en todo lo relacionado con la innovación, puede ser menor, y también puede verse afectada su velocidad de respuesta en proyectos digitales o de los que no tiene referencias directas (pueden bloquearse). Por último, la contrapartida a “que se las saben todas” en cuanto a gestión del tiempo es que, si no están motivados, al encontrarse ya en las últimas fases de su carrera laboral, pueden tender a dejarlo pasar, lo que afectará a su rendimiento. 

Generación X (1965 y 1981). Están en un momento de inflexión de sus carreras. Con bastante experiencia por detrás y todavía energía y muchos buenos años por delante. 

Lo mejor: Tienen suficiente experiencia para manejarse bien en distintos registros. Por ejemplo, en relaciones personales, reuniones presenciales, presentaciones y encuentros con clientes… También son técnicamente resolutivos y buenos planeando y ejecutando proyectos. Son resilientes, manejan bien la presión, no se bloquean en situaciones estresantes y eso hace que todo fluya mejor.

Lo peor: Algunas veces pueden pecar de exceso de confianza o de sobreestimar sus propias capacidades, por ejemplo, a la hora dirigir a otras personas. En algunos casos, no saben delegar, lo que afectará a la gestión del tiempo de todo el equipo. O pierden demasiado tiempo en labores de supervisión (y control) del trabajo de sus colaboradores. No acaban de comprender bien el rol del líder en entornos de teletrabajo o deslocalizados. Los que no están en posiciones de mando pueden pecar de individualistas y rehuir el trabajo con otras generaciones.

Millennials o Generación Y (1965 y 1981). En la cresta de la ola. A los millennials se les atribuye la capacidad para realizar la transición de la vieja a la nueva economía, y también recae en ellos toda la presión para completar con éxito la tarea.

Lo mejor: Aunque no son exactamente nativos digitales (más bien son advenedizos digitales), se desenvuelven muy bien con la tecnología y, de hecho, no conciben un proyecto en el que ésta no desempeñe un papel fundamental. Se han educado con un componente emprendedor, lo que les hace ser buenos en entornos multitarea y de colaboración, en los que aprovechan al máximo sus capacidades. Tienen gran capacidad de trabajo y de aprendizaje. Son flexibles y se adaptan rápidamente a los cambios. También son audaces y se atreven a probar caminos inexplorados, lo que en ocasiones puede abrir interesantes atajos a su rendimiento. 

Lo peor: Sus habilidades multitask pueden ser también su perdición, ya que tienden a dispersarse y a no priorizar bien. A veces pueden parecer arrogantes, esencialmente porque confían tanto en la digitalización que subestiman, descuidan o, directamente, desprecian otras herramientas muy valiosas a su alcance como las relaciones intergeneracionales o la experiencia de sus compañeros más veteranos. Un consejo: si les pones a hacer labores administrativas, no esperes records del mundo de velocidad. Las detestan y tardarán siglos en completarlas.

Centennials o Generación Z (1995 y la actualidad). Los más jóvenes del cuarteto y los últimos en llegar al mundo del trabajo.

Lo mejor: Este colectivo sí es 100% digital y su capacidad de aprendizaje en estos entornos es exponencial. Muy motivados con el arranque de su carrera profesional, tratarán de aprender al máximo y de aprovechar cada minuto. Como sucedía con los boomers, también pueden ayudar a otras generaciones a aprovechar mejor su tiempo, por ejemplo, a través de proyectos de reverse mentoring en cuestiones digitales. 

Lo peor: ¡Están muy verdes en todo! Algo que no es culpa suya, sino que es inevitable y que solo lo cura el tiempo. Lo compensarán con humildad y ganas de aprender. Su rendimiento se verá afectado por esa inexperiencia y deberá ser evaluado teniendo en cuenta ese atenuante. Pueden tender a desmotivarse fácilmente y a no tolerar bien la autoridad, algo que se convertirá en un problema para ellos y para su empresa si su respuesta es entrar en modo boicot a su propio trabajo.