Shakers celebró el pasado 13 de julio su evento ‘Shaking the rules’ para presentar su nuevo concepto de ‘freeworkers’ y hablar de talento a través de la experiencia de profesionales que ya se han “liberado” y que se identifican con este término. Este evento reunió a una multitud de invitados que iba desde emprendedores creativos hasta empresas innovadoras con algo en común: todos creen que el futuro del trabajo ya es presente y que los ‘freeworkers’ han venido para quedarse y acabar reinando.
Contaron para ello con Juan Luis Polo, CEO de Good Rebels, que habló de la importancia de creer en lo que uno hace “como si no hubiese un mañana” y de centrarse en lo que se sabe hacer realmente bien. Polo aconsejó rodearse de la mejor gente posible, con mayor capacidad o talento que el propio, y dejar de lado el ego.
Se sumó Elena García Menéndez, que proveniente de una gran agencia de publicidad, decidió dar el paso a ser su propia jefa y marcar ella los tiempos. Aludiendo al público, a quién preguntaba cuántos habían ‘aguantado’ y cuántos habían sufrido el conocido síndrome ‘post-vacacional’, ella quiso explicar esta transición que vivió por etapas y que resume en tres actos: desaprender, miedo y acción. Un proceso común en el que estos profesionales deben desaprender la figura de su jefe y tener claro que pasan a ser ellos mismos, aceptar llorar por la incertidumbre y marcar objetivos dibujando exactamente lo que quieren. Ahora, contaba Elena, es más coherente consigo misma y ha multiplicado ingresos, vacaciones y satisfacción de sus clientes.
Víctor Manasé, Linkedin Top Voice y divulgador, habló del freeworking como palanca que en los próximos años diferenciará a las compañías y provocará que sus resultados se multipliquen mucho más rápido. Rubén Rojas, mentor de liderazgo, insistió en la necesidad de conectar por encima de todo: “con lo que haces y para quién lo haces”.
Para animar a los asistentes, Shakers propuso un juego que pretendía hacerles pensar sobre su realidad como trabajadores. Fue una encuesta en riguroso directo que determinó qué tipo de trabajadores eran: un 9% era ‘asfixiadito’, ese que no tiene tiempo para nada y trabaja para subsistir pero no sabe ni que es la conciliación; un 15% estaba ‘al borde de un ataque de nervios’ porque tiene vocación pero malas condiciones, vive para trabajar y no tiene tiempo libre; un 39% fueron los ‘podría ser peor’, desmotivados, en modo automático y los lunes piensa en final de mes; para acabar con el 37% de ‘freeworkers en potencia’ que disfruta de su trabajo, ha encontrado la conciliación y que sí que se dedica tiempo.
A continuación llegó una mesa redonda moderada por Jaime Castillo, cofundador de Shakers, con varias empresas.
Rebel Talent habló de eficiencia: “En un entorno de cambio exponencial en todas las áreas de nuestra sociedad debemos aprender a ser más eficientes. Si seguimos aprendiendo a ritmos de la academia de Aristoteles no estaremos preparados para atender nuestras propias demandas como sociedad.»
Sesame HR y su CMO afirmaron que para ellos el futuro del trabajo significa ir más allá de la digitalización de los RRHH, y que ellos ponen el foco en construir experiencias individualizadas para cada persona del equipo y transmitir la cultura de forma eficaz.
Iron Hack hizo una comparación de los procesos con las relaciones de pareja, “puedes hacer las preguntas que quieras pero la relación funciona si entendemos la relación de ambas partes”; y la Universidad Camilo José Cela remarcó el privilegio que es poder ser libre para elegir, y el abanico de opciones que hay en la actualidad.
El evento cerró con la charla de Natalia Romero, psicóloga sanitaria y terapeuta en EMDR, quién hizo hincapié en la salud mental como parte fundamental del bienestar en el trabajo futuro, que ya es el presente.
Por un lado, sintetizó que las empresas ya no pueden obviar que el bienestar emocional y la salud mental de los trabajadores debe tenerse en cuenta para que toda la organización tenga también una estabilidad emocional y una salud mental, ya al final una organización es el conjunto de las personas que la forman. Las personas demandan tiempo: tiempo para invertir en su familia, en su bienestar personal, en compatibilizar su vida fuera del trabajo… Aunque para las empresas, dar tiempo y espacio en un momento donde la competitividad, los resultados y la presión es tan ajustada genera una brecha, por lo que hay veces que no se prioriza.
Por otro lado, las personas debemos también entender que a lo largo de nuestra carrera profesional, la habilidad emocional y una salud emocional fuerte es también un skill a desarrollar y que este aprendizaje es algo que también debe normalizarse.
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