La Consejería de Educación ha adaptado por primera vez las pruebas de Bachillerato en la comunidad de Andalucía para que Lorena Bogado, una joven de 33 años que tiene una parálisis cerebral, pudiera realizarlas. El resultado ha sido muy positivo: Lorena ha aprobado los exámenes de mayores de 20 años y se presentará a las pruebas de selectividad. “En el confinamiento me di cuenta de que tenía que luchar por todo lo que me haga feliz”, afirmaba antes de presentarse a las PBL, que tuvieron lugar el 2 y el 23 de abril, en dos fases diferentes.
Las pruebas en formato tipo test y con preguntas muy cortas, en solitario, con aulas adaptadas y con ayuda de la tecnología como tablets, fueron algunas de las adaptaciones que la Consejería de Educación aplicó para superar las barreras con las que conviven a diario las personas con diversidad funcional. “Ha conseguido su objetivo en un año, conseguir el título de bachillerato. No solo el refuerzo de una titulación para cursar una carrera en la universidad, que es su sueño, sino demostrar que es un ejemplo de superación para todos/as, que no hay barreras”, afirma Eva San Millán, consultora académica de CEAC, el Centro de Formación a Distancia donde se ha formado estos meses. Con la ayuda de su tablet, que utiliza con su nariz, la joven se prepara para su siguiente reto, entrar en el grado de psicología.
Actualmente, el 15% de las personas con diversidad funcional tiene estudios superiores o universitarios. Este porcentaje es tan notorio, que el curso pasado, 2020-2021, se registró el mayor número de estudiantes discapacitados matriculados en universidades españolas, hasta 23.851 personas, duplicando las cifras de hace una década, según la Guía de Atención a las Personas con Discapacidad en la Universidad, un dato que alienta a los estudiantes con minusvalías a hacerse un merecido hueco en el mundo laboral.
El acompañamiento personalizado, una ayuda clave para la superación de los exámenes
En España existen más de tres millones de personas con alguna diversidad funcional, lo que supone una tasa global del 9%. Sin embargo, solo el 1,5% del alumnado de las universidades pertenece a este sector de la población. “Es necesaria una adaptabilidad de la metodología de aprendizaje de una forma y tiempos individualizados, con apoyo de becas y tecnología de ayuda adaptadas a las necesidades de cada alumno. Que no haya exámenes tan estandarizados y que los institutos presenciales, acojan e integren en sus programas educativos la diversidad”, declaran desde CEAC, el centro de formación a distancia donde se ha formado Lorena.
“El ejemplo de Lorena es un hito importante para animar a otros alumnos a esforzarse, a conseguir sus metas, a intentarlo, sino a la primera, a la segunda, a continuar avanzando en su formación, con ilusión y sin barreras. Mediante la formación, un mundo más justo es posible, en que todo/as tengamos las mismas oportunidades y sin discriminación”, declaran desde CEAC, que animan a todos los estudiantes, con o sin necesidades, a luchar por las metas que se propongan.
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