Las vacaciones de verano se han convertido, en los últimos años, en un momento propicio a los cambios laborales. Las personas aprovechan esos días de relax y desconexión para replantearse su situación laboral y sus perspectivas de crecimiento.
“En este periodo, las personas se detienen a pensar en lo que los psicólogos denominamos ‘frustraciones percibidas’, es decir, cuando sienten que no se están cumpliendo las expectativas que tenían para sus puestos de trabajo y deciden cambiar y buscar nuevas oportunidades laborales. Este fenómeno produce lo que podríamos denominar la gran rotación laboral”, explica José Enrique García, director de la consultora de RRHH Equipo Humano.
El experto recuerda que, según el Observatorio Alares, casi el 30% de los trabajadores buscan nuevos retos y cambios laborales en septiembre y octubre, es decir, al regresar de sus vacaciones. Entonces ¿qué pueden hacer las compañías para evitar esta fuga de talento? La solución está en adelantarse a ese momento y trabajar ese periodo como un momento de oportunidad para que las empresas se replanteen su posicionamiento en la dirección de personas para conseguir retener y potenciar el talento en sus organizaciones.
Sin duda el trabajo hibrido y la cultura del bienestar marcaran las líneas estratégicas de la dirección de personas. “Si apuestan por construir climas internos que promuevan la felicidad del equipo, las firmas podrán retener su talento y, además, ser consideradas buenos lugares para desarrollarse profesionalmente, lo que se convierte en una ventaja porque refuerza su reputación en un entorno cada vez más competitivo y volátil” explica José Enrique García.
Flexibilidad y conciliación para una mejor salud emocional y mental son las principales demandas de los trabajadores, sobre todo, de la generación Z que quiere trabajar en espacios más digitalizados, optar por un modelo de teletrabajo hibrido y que permita la conciliación. De hecho, según uno de los últimos estudios de Infojobs en el que se pregunta por las preferencias en el puesto de trabajo, la primera que aparece es la salud mental.
Esta satisfacción con las condiciones laborales y las posibilidades de desarrollar una carrera no solo beneficia a la plantilla, sino que se vincula a una mayor productividad e innovación en las empresas, ya que, según una investigación de la Escuela de Negocios Saïd de la Universidad de Oxford, los trabajadores alegres son un 13% más productivos.
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