La pandemia ha transformado las prioridades del ecosistema laboral. En un modelo extendido de trabajo híbrido, con una combinación entre presencialidad y remoto, cobran especial relevancia las soft skills, es decir, las habilidades interpersonales relacionadas con la forma de interactuar y relacionarse de los empleados.
En 2022 el reto para los profesionales de recursos humanos pasa por identificar a empleados que sean capaces de construir habilidades críticas y de competencias, tal y como recoge el último informe de Gartner. En este punto, la firma hace hincapié en estructurar las estrategias de talento en torno a las habilidades y no solo a los roles profesionales.
Los perfiles de habilidades han evolucionado en los últimos años como respuesta al entorno cambiante actual. En este contexto, los expertos de Netmind, consultora de transformación digital, reúnen las cualidades más buscadas en los currículums por los reclutadores con el fin de identificar aquellas soft skills más populares. Capacidad analítica y pensamiento crítico, resolución de problemas, flexibilidad y adaptación al cambio, capacidad de liderazgo, habilidades comunicativas y sociales, creatividad o trabajo en equipo serán algunas de las habilidades más buscadas por los profesionales de recursos humanos a lo largo de los próximos meses.
“Las compañías necesitan incorporar profesionales con grandes habilidades humanas y soft skills, es decir, cualidades intangibles y más difíciles de desarrollar, pero de suma relevancia e impacto para el desarrollo de las actividades empresariales”, apunta Aleix Palau Escursell, CEO de Netmind. “El perfil de habilidades en forma de X es el más completo: se trata de profesionales con capacitación para desenvolverse en entornos sociales, cuyo trabajo se desarrolla con diversas personas en diferentes industrias o áreas de una empresa”.
El perfil de habilidades en forma de X
El individuo en forma de X es un profesional con capacidad de trabajo en múltiples áreas. Se trata de perfiles abiertos que no solo integran la amplitud y profundidad, sino que conviven con la diversidad y la capacidad para expandirse a nuevos dominios según sea necesario. Este término se utiliza, por ejemplo, para referirse directamente a aquellos empleados que son excelentes convergiendo en prácticas como HR, Diseño, Innovación, NWoW, etc. Es decir, manifiestan habilidades sociales y pueden trabajar con diferentes personas en diferentes industrias o áreas de una empresa. También son capaces de reunir a grupos muy diferentes (indicados por la sección transversal de la X) para que puedan colaborar de manera efectiva.
Entre las habilidades de este tipo de perfiles destacan las siguientes:
- Pensamiento crítico. Estos profesionales son capaces de analizar de forma crítica y objetiva diferentes situaciones, con el fin de tomar decisiones sin riesgos, así como priorizar tareas en proyectos de diversa índole.
- Resolución de problemas. Un análisis pormenorizado de la situación es fundamental para afrontar con resiliencia los obstáculos diarios. El trabajo en remoto ha puesto de manifiesto las dificultades para resolver ciertos problemas del día a día. En las entrevistas, los profesionales del talento se interesarán por ejemplos prácticos en los que se evidencie que el profesional es una persona resolutiva, independiente, con iniciativa, y que encuentra soluciones creativas a los problemas
- Flexibilidad. La pandemia ha demostrado el alto grado de flexibilidad entre las compañías y sus empleados. Una tendencia que permanecerá vigente en los próximos meses. Y es que los reclutadores valorarán más que nunca la capacidad de adaptación, la tolerancia al estrés y los cambios imprevistos, así como el grado de adaptabilidad a los nuevos entornos laborales.
- Capacidad de liderazgo. Una habilidad para persuadir, motivar, organizar y llevar a cabo diferentes acciones en el marco de la organización. Los líderes son, por lo general, personas carismáticas, con valores, que saben escuchar al equipo de forma activa y motivarles para potenciar su talento.
- Habilidades comunicativas y sociales. Entre las numerosas capacidades comunicativas destacan la escucha activa, la empatía, la comunicación no verbal, la capacidad de negociación o el sentido del humor. Por su parte, las habilidades sociales y de integración en grupo son básicas para garantizar un correcto trabajo en equipo y buen ambiente dentro de la compañía.
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