El salario que percibimos por nuestro trabajo es implícitamente el punto más importante de las condiciones laborales de los trabajadores. Pero, ¿cómo enfocar este tema que suele ser tan espinoso y conflictivo para tantas personas? Desde luego está el factor de, si de verdad nos lo merecemos, creérnoslo y ser lo suficientemente asertivos como para defenderlo. Además de eso, te dejamos estas sugerencias para que tengas el mayor éxito posible a la hora de pedir que te suban el sueldo.
1. Tómale el pulso al mercado
Infórmate bien sobre cuál es el rango salarial en el que se mueve un puesto de las características del tuyo. A veces nos quedamos con referencias aisladas o ha pasado mucho tiempo desde que entramos en esta empresa y todavía manejamos en nuestra mente los estándares de aquel momento. Los tiempos cambian y es importante que, con ellos, vayamos reajustando nuestras expectativas salariales. A veces lo que ocurre es que vamos cambiando de puesto, incluso de departamento, dentro de una misma empresa, y adquirimos nuevas responsabilidades pero conservamos las condiciones salariales del puesto con el que comenzamos. Por eso es importante tener en cuenta que no todos los perfiles profesionales ni en todos los departamentos se manejan las mismas cifras, de ahí que tu sueldo deba ajustarse a lo que haces actualmente.
2. Conoce bien las características de tu trabajo
Haz un rastreo de todas las tareas que tienes asignadas y también de aquellas que, aunque no oficialmente, vas asumiendo en tu día a día. Asígnales un grado realista de relevancia, dificultad y responsabilidad. Tener una visión panorámica de todo lo que haces y lo que no haces te ayudará a argumentar mejor por qué precisamente en este momento mereces un aumento de sueldo.
3. Prepara un buen discurso
Conseguir un aumento de sueldo no es solo cuestión de solicitarlo y tener la suerte de que nos lo concedan: es importante argumentar correctamente lo que queremos conseguir para convencer al otro de que nuestra propuesta es una buena idea. Piensa en el contenido de lo que vas a plantear: qué cifra consideras adecuada, por qué la solicitas ahora, por qué la mereces, cómo sacarás el tema si es que en la reunión se abordan otros temas.
4. Piensa en las formas
Además del mensaje principal de fondo (“Quiero solicitar un aumento de sueldo”) debes pensar qué enfoque y qué tono le darás a tu petición. Para aumentar la probabilidad de que consigas un aumento en tu salario quizá funcionen las exigencias (“No hay derecho a que mi salario no aumente”) o las amenazas (“Si no tengo un aumento, me marcho”). El problema es que las exigencias no suelen generar un buen clima en la conversación y las amenazas tienen que cumplirse para promover su eficacia. Resérvate estas bazas para cuando realmente hagan falta y empieza por adoptar un estilo constructivo, firme y que denote que no improvisas. Si planteas las cosas claramente y sin vacilar, sin ser agresivo pero tampoco diciéndolas con la boca pequeña o pidiendo perdón es más probable que se te entienda y que se te conceda lo que pides.
5. Piensa en una posible una contraoferta
A veces no nos conceden lo primero que pedimos, por lo que es importante tener un plan B que también sea adecuado para nosotros: si la cifra solicitada no es factible en este momento, piensa en la siguiente buena cifra que consideras adecuada para ti. Si no te conceden ningún aumento económico, piensa de qué otra manera podrían mejorar tus condiciones a cambio de no mejorar la parte económica. De este modo darás una impresión de mayor seguridad y la negociación será más fácil y amistosa.
6. Elige bien el momento
No pienses que solo con que tu petición esté más que justificada cualquier momento es adecuado para plantearla. Debes elegir bien en qué periodo aproximado quieres lanzar tu mensaje: por ejemplo, dentro de un mes coincidiendo con mi evaluación de desempeño, o a la vuelta del verano, o antes de las vacaciones, o la semana que viene justo cuando ya hayamos finalizado tal o cual tarea y estemos todos más tranquilos y receptivos. Una vez que, más o menos, tengas decidido eso, piensa cuál es el mejor momento del día (y el mejor “motivo oficial”) para plantear la reunión, cómo tomarás la iniciativa para hablar con esa persona o cuál es el canal más adecuado para hacerlo.
7. Prepárate para el sí y para el no
A veces lanzamos una petición de subida de sueldo a modo de órdago, como un mensaje indirecto acerca de nuestra posible insatisfacción laboral o algún otro asunto. Y a veces nos conceden esa mejora, que considerábamos improbable, y tenemos que actuar en consecuencia y asumir un reajuste en nuestras responsabilidades, ya que eso es lo que, en teoría, queríamos. Otras veces hacemos la petición de un aumento y no tenemos éxito. Tanto si es que sí como si es que no, ten preparada tu reacción, verbal y no verbal. Resérvate las reacciones más intensas y piensa en el medio y largo plazo. Quizá el sí de ahora es una oportunidad para, de verdad, estructurar bien el contenido de tu puesto de trabajo. Quizá el no de ahora en un sí más adelante y por eso hay que cuidar la relación con la empresa y no dejar que nuestro enfado o frustración lo emborrone todo.
8. Ensaya primero
Una vez más: este tipo de cosas no se improvisan. No confíes en que todo lo que tienes en tu cabeza tiene sentido, está bien estructurado y podrás expresarlo sin problemas llegado el momento. Prepara las frases principales que dirás y pronúncialas en alto, para ver qué tal suenan. Si puedes, prepara la reunión antes con un amigo o algún compañero de confianza que conozca tu trabajo y a la persona con la que te vas a entrevistar, seguro que te ayuda a pulir algunos detalles. Ensayar en condiciones de seguridad te ayudará a pensar posibles contrarréplicas y a que tomes conciencia de tus reacciones cuando te preguntan por los motivos para pedir un aumento.
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