Desabastecimiento, crisis energética, tensión en los mercados financieros… la guerra de Ucrania está creando un fuerte impacto económico. Este impacto, como es de esperar, se trasladará al plano empresarial y hará que los modelos de dirección y estrategia cambien. Jordi Damià, profesor de estrategia en EADA Business School y CEO de Setesca, analiza ese impacto y sus principales consecuencias.
Redefinir los proveedores y la forma de producir
«En función de la duración del conflicto, habrá impactos y escasez de materias primas provenientes de la zona en conflicto, pero habrá zonas que se aprovecharán de las circunstancias, por lo que redefinir los proveedores y la forma de producir o incluso los propios productos a producir será básico» sostiene Damià. Como es evidente, la región más impactada será Europa por su dependencia energética, por la escasez de materias primas y del freno de las transacciones económicas que se realizan con la zona en conflicto.
Segundo Plan Marshall
Por otro lado, hay que tener en cuenta que China y Estados Unidos van a ver en esta situación una gran oportunidad ya que Europa no podrá llevar a cabo a corto plazo su plan de relocalización de la industria para no tener dependencia de la industria asiática. «Ya podemos prever un aumento del flujo económico y aumento de la deuda europea respecto a Estados Unidos y China para ayudar a mantener la actividad económica en Europa» afirma Jordi Damià.
Impacto en los modelos estratégicos de las empresas
Como en cualquier situación en la que el entorno de mercado cambia de forma importante (lo que técnicamente se llama entorno PESTEL), las empresas deben revisar su plan estratégico, y cuando lo hagan deberán revisar y adaptar rápidamente cada proceso de su cadena de valor. En esta esta crisis, los procesos logísticos, de operaciones, de compras y, en función del mercado de la empresa, los procesos de ventas y marketing, serán los más afectados.
Innovación, riesgo y modelos de toma de decisión más cortos
En el plano empresarial y de dirección estratégica, el experto señala que las empresas tendrán que adaptar aún más sus modelos de gestión. En este sentido, deberán establecer modelos de toma de decisión más cortos en cuanto al ciclo de definición de acciones, revisión de resultados, y bucle de mejora continua.
También debe tenerse en cuenta que cuando una crisis de estas dimensiones impacta en un mercado, las empresas deben buscar rápidamente alternativas innovadoras y ser capaces de asumir riesgos, y no todas las culturas empresariales soportan este modelo de gestión. Por lo que es muy importante que la alta dirección sepa adaptar la organización a esta circunstancia.
En este punto, hay que tener en cuenta que, en situaciones de incertidumbre y crisis, el mercado premia a productos y servicios que son capaces de reducir coste al cliente. Esto va a suponer un reto para las empresas que deberán reducir precio al cliente y asumir un mayor coste de producción (mayoritariamente energía y logística).
Directivos efectivos y pragmáticos
La innovación en productos y servicios y el aporte de nuevas soluciones de cara a los procesos internos va a ser crítica. Por lo tanto, se van a necesitar no solamente perfiles directivos innovadores, sino que es conveniente que se abra la innovación al resto de la organización para que todo el mundo pueda participar de ella. En este contexto, «los directivos inmovilistas van a suponer un lastre difícil de soportar». Los profesionales más valorados serán aquellos (al igual que ocurrió durante la pandemia) que sean más efectivos y pragmáticos en su toma de decisiones.
El perfil profesional más apreciado será el que facilite atraer talento competitivo gracias a la cultura del dinamismo, la toma de decisiones estructurada y, evidentemente, la generación de buenos resultados para la compañía. La tecnología va a volver a ser esencial para mejorar la eficiencia y facilitar que la oferta y el servicio llegue a los clientes.
Profesionales contratados en modo servicio y de perfil tecnológico y logístico
Respecto a los profesionales, la crisis aumentará el modelo de contratación de profesionales independientes en modo servicio. Y es que las empresas buscarán la variabilidad de costes mediante la contratación de servicios en vez de incorporar personas a plantillas. Los entornos profesionales más apreciados serán los tecnológicos, operaciones (compras logística y producción) y marketing y ventas. En ellos se encontrará la clave para la transformación operativa de la empresa. En aquellas empresas que, por diferentes razones, no puedan llegar a adaptarse a esta crisis, RRHH volverá a tener un rol muy importante pero complicado.
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