Hace ya unas semanas que Brian Armstrong, CEO de la plataforma de intercambio de criptomonedas Coinbase, anunció que prohibiría las discusiones políticas dentro de su compañía por parte de cualquier empleado. Ahora bien, ¿es bueno prohibir este tipo de conversaciones que pueden afectar tanto a las relaciones entre empleados como a la reputación de la compañía en caso de hacerse públicas?
Salvador Sicart, director de HAYS Technology y HAYS Response en España, asegura que las conversaciones de política y temas sociales en el trabajo son un tema muy complejo. “Creo que prohibir no se debe prohibir nada, pero sí se debe hacer mucha pedagogía para que los empleados puedan hacerlo moderadamente”, argumenta. Además, este tipo de decisiones puede coartar libertades y pueden hacer que los empleados no se sientan a gusto y en libertad para seguir en una compañía.
En su opinión, se trata de un tema tan delicado que hay que aplicar criterios de sensibilidad porque las personas se llevan estas discusiones a lo personal y no son proporcionales. “En estos casos, creo que hay que aplicar el sentido común y educar, no prohibir”, igual que ocurre “con los compañeros cuando se habla del fin de semana, de fútbol y de otros tantos temas, que se debe poder hablar de todo, pero siempre debatiendo desde la madurez, la responsabilidad y la empatía”.
Cuando el debate político se traslada a las redes sociales
En algunas ocasiones, la opinión política de los empleados también se hace pública en las redes sociales, un amplificador del mensaje que puede ocasionar problemas para las compañías. Sobre ello, Sicart explica que “es un aspecto muy importante porque, aunque esa persona publique su propia opinión en redes sociales, se trata de un embajador de la empresa y cualquiera puede interpretar que esa es la opinión de la empresa”.
Al contrario que en los casos de debates internos, el director de HAYS Technology y HAYS Response en España considera que, en estos casos, “sí que hay que regularlo y crear códigos de conducta muy concretos para controlar estos mensajes”, ya que puede repercutir en una crisis de reputación para la compañía.
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