Especialmente populares en eras de crisis económica, los préstamos se han convertido en un recurso indispensable del ciudadano a pie. Debiendo cerciorarnos antes sobre sus características, una opción de gran ayuda para superar un bache. Eso sí, teniendo en cuenta sus distintas naturalezas y modalidades para dar con la oferta más acorde a nuestras necesidades.
Antes de solicitar un préstamo, comparar la oferta
Con todavía más tendencia en los periodos de crisis, los préstamos se han convertido en un recurso del ciudadano de a pie para poder seguir a flote tras el brutal naufragio de su economía. Si bien se trata de un recurso no exento de responsabilidades, una opción increíblemente útil para zanjar deudas o ultimar impagos. Más todavía, y proyectando la actualidad en España, en un contexto de incertidumbre no sólo tras los estragos de la pandemia, sino también a raíz de la subida de los precios como el de la luz. En todo caso, una decisión que requiere meditarse largamente antes de dar el primer paso para tratar de dar con la mejor oferta posible.
Antes de nada, cabe decir que es indispensable recurrir a un buen comparador de préstamos como lo es Finaton, donde podremos encontrar qué nos ofrece cada entidad bancaria para obtener la cuantía deseada. Des del baremo de importes disponibles y su correspondiente plazo de devolución hasta el interés TAE mínimo de dicho préstamo. Parámetros, al fin y al cabo, que debemos tener siempre en cuenta para no pillarnos los dedos al solicitar una cuantía que no podremos devolver, lo que empalmaría nuestra deuda previa a una nueva y así sucesivamente. Asimismo, cerciorándonos también de qué tipo de préstamo es el idóneo según nuestras necesidades.
¿Qué tipo de préstamo solicito?
Si bien todo préstamo, independientemente de su naturaleza, se fundamenta en la prestación de una determinada cantidad de dinero a ser devuelta en el plazo más sus consecuentes intereses, sus modalidades son distintas. Por una parte, tenemos el lapso de devolución, donde encontramos préstamos a corto, medio y largo plazo. En función de la cantidad solicitada, que además puede variar según la entidad bancaria, entendiendo como corto plazo un máximo de un año, como medio entre uno y tres años y como largo superior a tres años. Así, un préstamo de 50€ podría tener un plazo de devolución de unos días, pero uno de 9.000€ permitirá incluso 8 años de plazo.
Por otra parte, los préstamos también pueden clasificarse según su finalidad, siendo ésta también de utilidad para labrar la confianza de nuestra entidad bancaria. De este modo, podemos encontrar tanto préstamos personales —para gastos inesperados como la reparación de un coche o una reforma— como al consumo —siempre que sean bienes duraderos como un vehículo o un electrodoméstico—o para pagar los estudios o la hipoteca. En otro flanco, y de características distintas dada su naturaleza desvinculada de lo particular, encontrando también los préstamos para empresas. A menudo, destinados a financiar su decurso o invertir en activos.
Rápido y sin papeleos: los préstamos urgentes
Una de las modalidades que más solicitan los ciudadanos son los préstamos urgentes. Una tipología de los préstamos que obedece a cuestiones de urgencia, como bien lo podría ser una situación extraordinaria como una reforma de emergencia en casa o zanjar un pago cuya sanción es ya inminente. En esta modalidad, con el añadido de que el proceso demora entre 15 minutos y 24 horas, como bien recuerda Finatino, de forma totalmente online e incluso aceptando ASNEF —constar en la lista de morosidad. En muchos casos, y según la entidad, pudiendo solicitar hasta 50.000€, aunque la cantidad se reduzca considerablemente si no se nos requiere nómina ni aval.
Asimismo, los requisitos son realmente básicos. Bastando con ser mayor de edad, nacionalizado o nacido en España y teniendo cuenta bancaria en dicho país, así como aportando nuestros datos personales. Como se ha mencionado, en algunos casos será necesario acreditar liquidez o ingresos. Esto, como es normal, debido a que la entidad debe asegurarse de que el cliente a quien cede cierta cantidad de dinero podrá devolverla sin problemas o excusas colaterales. Por ello, cabe recalcar la obligación de informarse debidamente sobre cualquier tipo de préstamo que se solicite. Entendiendo que si un cuantioso préstamo conlleva un interés excesivo, quizás no valga la pena.
Cuestiones a tener en cuenta antes de solicitar un préstamo
A pesar de la bendición que suponga sobre nuestros bolsillos la aprobación de nuestra solicitud, nunca debemos ir a paso ciego. En ese sentido, y en primer lugar, es sobre todo imprescindible no solicitar más de lo que se necesita. Debemos tener claro cuál es nuestra necesidad y qué deseamos cubrir. De lo contrario, posiblemente solicitemos una cantidad que seremos incapaces de devolver pese al plazo acordado. Del mismo modo, y como se ha hecho hincapié con anterioridad, es recomendable pasar por un comparador de préstamos para escoger el mejor interés para nuestro beneficio. Añadiendo que, si bien algunos son del 5%, otros pueden superar el 20%.
Con todo, es también recomendable reconocer que solicitar un préstamo no debe ser un recurso constante en nuestras vidas. Es preciso tener claro que éstos sirven para poder cubrir algún gasto de más o, en el caso empresarial, invertir en un activo que nos beneficie a largo plazo. Subsistir a base de préstamos sólo acarreará una espiral de deudas de la que, a lo largo, nos será complejo salir. Se trata de un recurso puntual del que poder sacar partido en, redundantemente, casos puntuales y que requieran de dicha ayuda para solventarse. Dicho esto, ya sólo queda rastrear la mejor oferta y, al fin, poder respirar un poco económicamente gracias a esta versátil y cómoda solución.
Los comentarios están cerrados.