España es un país que no apoya la innovación, según el 84% de las pymes españolas y el 74% de las grandes empresas. Así se desprende del Primer Barómetro de Innovación 2021 elaborado por Kantar para la consultora global Leyton.
La regulación y la dificultad para acceder a las ayudas públicas y subvenciones, son las principales razones que argumentan las empresas en este sentido. Enumeran también: la falta de disponibilidad o alto coste del talento, la dificultad de acceso al mercado y los problemas para acceder a las ayudas privadas. A estas razones se suma la falta de un entorno innovador. Sólo un 8% de las empresas españolas cree hay un ecosistema innovador favorable en nuestro país.
Por todo ello, el 47% de las grandes empresas y el 40% de las pymes considera que es más complicado que nunca innovar ahora en España.
«Por regla general, las empresas consideran que sí hay ayudas, pero que los procesos son tan complejos que muchas veces esa ayuda se diluye», explica David Parra, CEO de Leyton Iberia. El Barómetro de Innovación 2021 corrobora que existe un alto conocimiento de las ayudas públicas en ambos tipos de empresas.
El 81% de las pequeñas empresas y el 90% de las grandes conocen las ayudas públicas, aun así, la mayoría de las empresas siguen nutriéndose de la financiación interna. El barómetro señala que la mayor parte de la innovación se autofinancia en un 60-70% del total de las empresas.
Según David Parra, las empresas son reacias a solicitar subvenciones porque les resulta un proceso muy complejo, a la hora del seguimiento diario de las ayudas y su evolución jurídica, por ejemplo. «Además, para las empresas la inversión de tiempo es demasiado alta en relación con el rendimiento obtenido, sumada a la incertidumbre que genera el riesgo de no obtener la financiación«.
Las subvenciones, muchas veces, llevan consigo también la obligatoriedad de modificar salarios, colaboraciones con otras empresas europeas, etc. así como el tener que rendir cuentas a otros organismos, que pueden afectar a la independencia de la empresa, añadiendo otro posible problema: la pérdida de confidencialidad.
Respecto a las ayudas nacionales, el conocimiento es alto, pero su complejo proceso de solicitud frena a las empresas a la hora de usarlas. El 63% de las pymes y el 74% de las grandes empresas las conocen frente al 19% de las pymes y el 10% que las usan.
El desconocimiento de las ayudas crece algo en el caso de las europeas; el 52% de las pymes las conocen pero tan sólo el 9% las usan. Un porcentaje que sube mínimamente en las grandes empresas, donde el 53% las conocen frente al 3% que las usan.
«Existen otro tipo de ayudas más desconocidas para las empresas, como los créditos o garantías verdes y sociales (que solo conocen un 33-34% de las empresas), las rebajas para el personal de investigación (conocidas por un 20% de las grandes empresas y por el 33% de las pymes) o las ayudas y créditos para el I+D+I, familiares para el 50% de las grandes pero solo para el 30% de las pymes», explica el CEO de Leyton Iberia.
Llama la atención que solo un 5% de las pymes y un 1% de las grandes empresas usan los créditos fiscales al I+D+I. Tampoco utilizan las garantías verdes/sociales, en el caso de las pymes porque la relación esfuerzo/resultado no es favorable, y en el caso de las grandes, porque son demasiado complejas.
Curiosamente, la mayoría de las empresas afirman que sí pretenden solicitar ayudas en un futuro. El 65% de las pymes y el 70% de las grandes empresas planean pedirlas.
Tanto las empresas pequeñas como las grandes reconocen eso sí la necesidad de asesoramiento en esta materia, y consideran esencial que quienes les asesoran conozcan tanto las ayudas como las actividades de la empresa. Requieren asesoramiento especialmente, y por este orden, en materia de: financiación, gestión de proyectos, estructuración y contrataciones.
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