Desde hace ya algunos meses, se está empezando a hablar de la posibilidad de la implantación de una jornada laboral de 4 días. La pandemia y el teletrabajo ha puesto, aún más si cabe, las ventajas que puede traer consigo este tipo de reorganización del trabajo. La primera voz a favor, en los últimos días, vino de la primera ministra de Nueva Zelanda, que planteaba una jornada laboral de cuatro días para reactivar la industria. Desde Grupo SPEC, tecnológica española especializada en soluciones de control horario y accesos líder en España, Portugal y América Latina, analiza las posibles consecuencias de la posibilidad de implantarlo de forma generalizada en el conjunto de empresas de España.
Nueva Zelanda y Japón: primeros casos
Tras el anuncio de Nueva Zelanda, son varios los países que comienzan a considerar la propuesta. De hecho, en Mercadona, en mayo, se implantó esta jornada de cuatro días debido a la crisis del coronavirus, aunque como medida excepcional. De hecho, ya se ha eliminado desde el 1 de junio. Una compañía andaluza, DELSOL, se convirtió en enero en la primera empresa que implantó la jornada laboral de 4 días en España sin repercutir en el sueldo de los trabajadores.
Aumento de la productividad, mejora de la salud de los empleados
Todos los estudios apuntan a que las ventajas son muchas, empezando porque repercute de forma satisfactoria en la productividad de los trabajadores. “En las diferentes pruebas que se han hecho de la implantación de la jornada laboral de 4 días, los resultados han sido óptimos. En todas ellas se llega a la conclusión de que conlleva beneficios para la salud y felicidad de los empleados, lo que está estrechamente vinculado a la productividad de la empresa” apuntan desde Grupo SPEC. Los trabajadores mejoran su salud y su vínculo con la compañía. De hecho, una de las pruebas más constables en este sentido fue la realizada el verano pasado por Microsoft Japón, que implantó la jornada de 4 días durante un mes. Como resultado obtuvo que la productividad aumentó hasta un 40% y ahorró un 23.1% en electricidad, un 58.7% en tinta de impresora y papel y, además, los empleados pidieron menos días libres. De hecho, se estima que disponer de este tipo de jornada en la empresa incide en un ahorro de energía medio de un 20%.
Reorganización del trabajo y formación
Por contra, uno de principales inconvenientes que se pueden dar para la empresa es que, si bien este tipo de jornada repercute de forma satisfactoria en el rendimiento de los trabajadores, hasta que esto se haga palpable, es posible que la empresa tenga contratar a más trabajadores, lo que, en un primer momento, supondrá un coste extra. Además, es necesaria una reorganización del trabajo, así como una formación a los trabajadores, para que sean conscientes de que una reducción en días de la semana no debe repercutir en su productividad.
“En España tenemos una anclada cultura presentista, difícil de olvidar. Por eso, al estar menos días trabajando, es posible que se de una sensación generalizada de trabajar menos. Es necesario, implantar poco a poco una nueva cultura, basada en un trabajo por proyectos, un trabajo “líquido”, apuntan desde Grupo SPEC.
¿Los buenos resultados se mantendrán?
Por último, otro de los puntos que pueden ser negativos es que, en un primer momento de la implantación de la jornada de 4 días, la satisfacción del empleado es inmediata, y los buenos resultados son también inmediatos. Sin embargo, la incertidumbre está en saber si esos buenos resultados se mantendrán.
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