La crisis del Coronavirus ha zarandeado todas las estructuras económicas y sociales en un tiempo récord. Un filtro muy duro al que se ha visto expuesta la población de todo el mundo en apenas unos meses. Sin duda exigirá un enorme esfuerzo y un cambio de mentalidad cambiar este escenario y poder recuperarse; tarea en la que la sociedad también está trabajando a destajo.
Los últimos datos del desempleo en España refuerzan lo que ya se preveía al inicio de la cuarentena. En marzo, el ministerio de Empleo afirma que ha aumentado el paro en 302.365 personas -el peor dato del historial laboral en España-, mientras los servicios públicos de empleo (SEPE) confirman que cerca de 250.000 empresas han presentado un ERTE y más de 620.000 trabajadores ya tienen reconocida la prestación por desempleo.
Un inicio en el cambio de paradigma que, sin duda, ha obligado a todos y cada uno de los sectores a reinventarse para sobrevivir. Cómo será el día uno tras la pandemia, no lo sabe nadie. Ni siquiera se conoce si existirá tal día o la vuelta a la ‘normalidad’ será tan progresiva que ni siquiera seremos conscientes de los cambios. Lo que sí queda patente es que tras este duro fenómeno se aprenderá -y ya se está haciendo- a situarse y comportarse en un nuevo entorno y, de una u otra manera, este duro revés provocará que la sociedad quede reforzada en otros sentidos.
Sobre este marco, cómo está siendo el proceso de cambio y en qué grado reforzará social, política y económicamente han disertado las principales referencias de sus sectores para analizar desde muy diferentes puntos de vista cómo será el mundo después del COVID-19.
En primera instancia, y la más grave, es la situación sanitaria tan delicada con la que la sociedad y los gobiernos están lidiando a contrarreloj. Miles de infectados y fallecidos por esta pandemia que ha hecho colapsar los hospitales españoles; y que también ha remarcado el compromiso, respeto y agradecimiento que merecen los miles de sanitarios y personal de hospitales. Unos profesionales que ya superan los 10.000 infectados -según los datos ofrecidos por Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias- a finales del mes de marzo.
La capacidad de adaptación de la Sanidad española
Carlos Mascías, Director Médico del Hospital Universitario HM Torrelodones, conoce esta situación de primera mano. “Hemos aprendido que tenemos una enorme capacidad de adaptación. Hemos sido capaces de destruir un hospital y un sistema de salud para reconstruirlo en un tiempo récord orientándolo hacia algo totalmente diferente. Hemos aprendido a salir de nuestra zona de confort y a alinearnos todos en un objetivo común: tratar a los enfermos de Coronavirus, al mismo tiempo -y esto es lo más relevante- que el resto de patologías ocurren y están siendo tratadas”, señala Mascías.
Un duro revés que ha hecho temblar -y sigue haciéndolo- los cimientos de la economía de multitud de países -se estima que alrededor de 180 países han sufrido casos de contagio-. El confinamiento de casi la mitad de la población mundial ha significado el desplome de cientos de sectores que, si nada lo remedian, marcarán el camino inequívoco hacia una crisis que aumente el paro y el déficit en la economía de estos países. Desde el Fondo monetario Internacional (FMI) ya han resaltado que cada mes de confinamiento equivale a una pérdida de tres puntos en el PIB por país y aseguran que la recesión ya es “inevitable” en Europa.
Los síntomas económicos de la enfermedad
“La globalización acelerada ha fortalecido el crecimiento económico, pero las lagunas en su gestión han contribuido a aumentar la desigualdad. Y la poca atención política a este problema ha desatado el renacer del nacionalismo como alternativa rupturista. El Covid-19 ha demostrado que la eficiencia ante los problemas globales requiere una coordinación internacional”, razona Manuel López Linares, Doctor en la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Comillas-ICADE y autor del libro ‘Entender Europa’.
Tecnología, la potente vacuna
Enrique Ávila, director del Centro Nacional de Excelencia en Ciberseguridad, explica que tras esta crisis debe abrirse un periodo de evaluación de choque que permita afrontar periodos así con garantías de que no se parará la economía. “Disponiendo de otras herramientas, fundamentalmente tecnológicas, hemos tenido que optar por aislarnos y paralizar toda actividad productiva no fundamental, con las tremendas consecuencias que ello tiene y que tendremos que afrontar en el futuro. Tendremos que reevaluar de qué armas disponemos para afrontar este tipo de crisis de forma que la sociedad sufra lo menos posible en el futuro porque, sin lugar a dudas, esta situación de crisis, no necesariamente pandémica, volverá a producirse”, sostiene Ávila.
Sin embargo, en este momento “es increíble ver cómo el ser humano intenta dar lo mejor de sí mismo”, afirma el economista, divulgador, escritor de ‘La Crisis Ninja y otros misterios de la economía actual’, Leopoldo Abadía. “A diferencia de la crisis Ninja de 2008, esta es un golpe mundial sincronizado. La salida será exitosa si nuestros políticos saben exigirse y, a la vez, les exigimos. Hay que centrarse en salvar a las empresas y autónomos que sostienen a nuestro país. No es una opción. Es una obligación”, continúa Abadía.
Más que nunca, la pandemia ha demostrado en cierta medida la fragilidad del sistema. Una línea en la que coincide José Antonio Alguacil, reconocido experto en el ámbito de la publicidad y CEO de Ilusion Labs, porque “si algo estamos aprendiendo a marchas forzadas, es que somos frágiles. Unos más y otros menos, pero ante una crisis sanitaria de este calibre, todo el ecosistema empresarial se ve afectado. Estamos aprendiendo que la transformación digital ha dejado de ser un factor diferencial para representar una necesidad básica de cualquier empresa”.
La interacción en línea, la capacidad de trabajo en remoto y la necesidad de blindarse con escudos digitales ante ciberataques a nuestras redes son solo algunos de los cambios que a nivel empresarial se han adoptado con velocidad. Además, esta crisis también ha traído de la mano adaptaciones de rutina personales y profesionales. “Hay una cuestión de fondo en la que el cambio va a ser de 180º. A partir de ahora se dará importancia a las cosas que verdaderamente la tienen o la merecen. Aprenderemos a darle un mayor valor al tiempo, a nuestra forma de organización… potenciaremos todas las fórmulas de teletrabajo y se allanará el camino de la conciliación. Estamos ante un revulsivo en todos los planos: el más íntimo y personal, el profesional y el familiar”, apunta José María Alonso Puig, decano del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid.
Los expertos coinciden es en dos ideas: esfuerzo y aprendizaje. “Saldremos, no sin esfuerzo. Y, a mi entender, la salida del agujero durará un tiempo largo si no se reacciona a tiempo desde el Gobierno. Y tras ello, el mundo que viene será el nuevo terreno de juego en el que ya sabremos jugar tras resistir y crear evitando distracciones”, asegura Leopoldo Abadía en una idea que defiende también José Antonio Alguacil. “Una vez más el mundo se rompe en pedazos y aprendemos de ello. Después de cualquier tormenta, siempre llega la calma. Y si aprendemos la lección esa transición será más tranquila”, sentencia.
La humanidad y la mejor cara de esta crisis
Si algo ha reseñado esta crisis es el lado más amable, altruista y colectivo. Y no solo a nivel de administraciones y gobiernos. Las empresas han apostado por la cooperación conjunta y colectiva. Muchas de ellas han adaptado sus cadenas de montaje y fabricación para dar respuesta a las críticas necesidades del sector sanitario y conseguir mascarillas o respiradores; o han donado dinero o medios a la causa para que, entre todos se pueda salir de esta situación cuanto antes. Antonio Espinosa de los Monteros es Co-Fundador y CEO de la empresa social Auara, compañía que ha encabezado una iniciativa para donar botellas de agua a los hospitales y que ya ha hecho entrega de más de 1.000.000 de unidades. «Vivir aislados, sintiendo que salir de casa es un peligro, perder el trabajo, temer por la salud de seres queridos, por el dinero o por la comida es la realidad diaria de millones de personas en el mundo. Cuando acabe, no se debe olvidar todo lo que hemos aprendido. Que no se nos olvide lo que de verdad importa».
Adaptación, trabajo y reflexión son los principales pilares sobre los que se articulará el nuevo contexto en el que la sociedad debe recomponerse. Una pandemia como el Coronavirus está consiguiendo -de manera obligada y a marchas forzadas- una reestructuración, reinvención e innovación tal que está exprimiendo el máximo de todos los actores para salir lo más fortalecidos posible como sociedad.
“En épocas de incertidumbre y crisis como la que nos está tocando vivir es necesario un exhaustivo análisis en el que podamos concluir con aspectos que nos hagan reforzar las estructuras sociales a todos los niveles para combatir más preparados ante posibles escenarios similares en el futuro”, concluye Pablo Burgos, director de cuentas en Eureka PR y responsable de esta iniciativa comunicativa.
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