“Hoy por ti, mañana por mí”, es una enseñanza que parece cobrar sentido en época de vacaciones. Es que para que algunos puedan hacer uso de su descanso legal, todo el equipo de trabajo debe reestructurar sus tareas para que los objetivos de la empresa no se vean afectados con las ausencias veraniegas, generando una mayor carga laboral para quienes deciden postergar sus días fuera de la oficina.
Según una encuesta realizada por la consultora DNA Human Capital en distintas áreas de empresas pequeñas, medianas y grandes, los trabajadores de organizaciones de menor tamaño son las que más se ven afectadas cuando comienza este periodo. En el área comercial, por ejemplo, un colaborador de una pequeña empresa ve aumentada sus tareas en un 38%, mientras que en una mediana un 26% y en una grande un 11%.
Alejandro Fernández, Manager de DNA Human Capital, comenta al respecto que “mientras más pequeña es la compañía, mayor carga laboral recaerá en sus colaboradores, pues hay pocas “manos” para tomar estas tareas adicionales. En empresas grandes, existe mayor estructura, sistemas de soporte y un equipo más grande que permite una mayor solidez al momento de hacer frente a una baja temporal en el equipo”.
¿Qué pasa en otras áreas? Para un colaborador de operaciones, el trabajo aumenta 36% en organizaciones de menor tamaño, 23% en medianas y 9% en grandes. IT presenta una sobrecarga de 21% en pequeñas, 13% en las de media estructura y 7% en corporativos. Los trabajadores del área de marketing ven incrementadas sus tareas en 20% en el caso de las pymes, 13% en medianas y 7% en grandes compañías. En tanto, Recursos Humanos tiene un aumento de 19%, 12% y 6% respectivamente.
“Por lo general en compañías más grandes, multinacionales, existe un proceso más establecido de cómo abordar estos temas. Sin embargo, en compañías más pequeñas esto se ve y coordina internamente por cada equipo u unidad de negocio. Lo ideal es dejar todo conversado y traspasado previo a la salida de vacaciones, pero es común que por la contingencia del día a día esto sea difícil de cumplir”, añade el experto.
¿Cómo se debe enfrentar este período para afectar lo menos posible a los colaboradores?
Alejandro Fernández, indica que la clave es una buena organización y comunicación: “Es conveniente planificar las fechas de salida, para coordinar de la mejor forma las tareas y responsabilidades durante la ausencia. Así, se debe establecer cuáles son los temas urgentes e importantes, los procesos que quedarán funcionando y quién se hará responsable de ellos. Todo esto a través de un proceso participativo y abierto para que todos estén al tanto y comprometidos con los temas que quedaran sin el responsable oficial».
De esta manera se puede evitar una sobrecarga laboral que pueda repercutir en la salud de los trabajadores y con ello, en la productividad de la empresa. Un aumento continuo de trabajo puede incidir en una baja de concentración, menor rendimiento y en casos extremos, puede resultar en el síndrome “Burnout” que implica cambios de ánimo e irritabilidad. Sin embargo, estos son casos de incremento de tareas permanente, que no debe asociarse a las vacaciones de un compañero, sobre todo si son bien planificadas y organizadas junto al equipo de trabajo.
Para ello, las empresas deben conocer mejor las áreas, el ratio trabajo/funcionario para poder suplir de la mejor forma la falta de ciertos profesionales. “Esta baja por vacaciones o festivos debe ser llevada en consideración al dimensionar cuánta gente debe tener cada área”, concluye el Executive Manager de DNA Human Capital.
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