Aunque seas un buen profesional y trabajes acorde a unos valores, de vez en cuanto puedes tener algún que otro problema con algún cliente. Existen clientes que son complicados y con los que cuesta un poco llegar a entendimientos. Existen clientes que cuestionan diariamente tus decisiones, otros que se muestran indiferentes y otros que incluso pueden llamarte fuera de tu horario laboral. Para ayudarte vamos a explicarte los tipos de cliente que hay y cómo puedes ganártelos.
Existen técnicas con los que podrás gestionarlos y sacar el máximo rendimiento, tanto para ellos como para tu negocio. Siempre existirá algún cliente que sea complicado y con el que tengas que lidiar. Aunque sientas la necesidad de dejar tirado al cliente, existen formas pacíficas de salvar la relación laboral.
Tipos de cliente y cómo tratarlos
- El cliente inseguro es bastante más común de lo que puedas imaginar. Muchas veces tienen miedo al fracaso o a quedar mal. Este tipo de cliente es complicado de manejar porque te controla de manera excesiva. También les costará confiar en ti y en tu trabajo, por lo que será muy común que revisen bastante tu trabajo. Para lidiar con este tipo de cliente es muy recomendable que intentes crear un lazo de confianza que haga que no sienta riesgos ante tu forma de actuar.
- El invasor de fronteras hace referencia a un tipo de cliente que no tiene barreras. Piensa que estarás siempre disponible y te llaman y escriben a cualquier hora y cualquier día, esperando que exista una respuesta inmediata. No saben distinguir entre lo importante y lo que se puede dejar para más adelante. Para tratar adecuadamente con este tipo de cliente es muy recomendable que trates de dejar claros tus límites desde el principio. De no hacerlo, puede que termines teniendo un conflicto.
- El cliente sabelotodo es aquel que cree que maneja a la perfección tu área, aunque no sea así. Estas personas suelen estar constantemente diciéndote cómo debes hacer tu trabajo. No deja de aportar sugerencias, aunque este trabajo se encuentre fuera de su alcance. Como solución te proponemos que intentes restablecer las funciones de cada uno. Si sutilmente sientes que no tiene efecto, hazlo de forma más directa.
- El cliente desaparecido también puede suponerte un problema. Dentro de este tipo de cliente también puede ser que tengas que enfrentarte a problemas. Generalmente llegáis a acuerdos, pero luego no vuelves a saber nada de él. Por eso, deberás indagar para ver por qué tu cliente tiene falta de acción. Es la única forma de abordar la situación.
- El cliente insaciable es aquel que siempre estás pidiendo cambios, porque considera que el trabajo nunca es lo suficientemente bueno. Por lo general es demasiado controlador y no te deja trabajar tranquilo. Este cliente puede acabar volviéndote loco, porque hace que sientas que nunca acuerdas con el trabajo y siempre te está controlando. Como solución puedes calibrar las expectativas al comienzo de cada relación. Trata de hacerle ver que tu trabajo es bueno.
- El cliente tirano es el último tipo de cliente que encontrarás. Suelen caracterizarse por tratar fatal a las personas de su alrededor. Por eso, la gente finalmente no quiere trabajar con ellos. Si ves que empieza a tratarte mal a ti, huye. La vida es demasiado corta para aguantar este tipo de comportamientos en un entorno laboral.
Si cuentas con alguno de estos tipos de clientes, lo mejor es que intentes controlarlo desde el principio. Es probable que tu trayectoria profesional vaya a mejor.
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