A pesar de la incertidumbre que rodea al brexit, la capital del Reino Unido se erige como la ciudad más “inteligente” del mundo, según el Índice IESE Cities in Motion 2019. Europa domina los puestos de cabeza, con siete ciudades entre las diez primeras.
El ranking elaborado por el Centro de Globalización y Estrategia del IESE sitúa a Londres en cabeza gracias a sus excelentes resultados en casi todas las áreas analizadas. De todas formas, está por ver cómo va a afectarle el brexit en el futuro próximo. Nueva York ocupa la segunda posición, gracias sobre todo a su liderazgo económico, seguida por Ámsterdam.
Hegemonía europea
Según el informe, dirigido por los profesores del IESE Pascual Berrone y Joan Enric Ricart, Europa domina con claridad los primeros puestos de la clasificación, ya que Ámsterdam (3), París (4), Reikiavik (5), Copenhague (8), Berlín (9) y Viena (10) acompañan a Londres en el top ten, que se completa con dos ciudades asiáticas: Tokio (6) y Singapur (7).
Y si ampliamos el foco a las 50 primeras posiciones, el dominio de Europa sigue siendo evidente, ya que más de la mitad de las urbes (28) pertenecen a este continente. Le siguen a gran distancia Norteamérica, con 13; Asia, con cinco, y Oceanía, con cuatro.
La ciudad mejor clasificada de Oceanía es Sídney, en el puesto 19. Bastante más atrás se sitúan las líderes de América Latina y África, que son Santiago de Chile, en el 66, y Casablanca, en el 155.
Entre las ciudades españolas, destacan Madrid, que se sitúa en el 24 después de perder tres puestos en dos años, y Barcelona, que se coloca en el 28 tras ganar dos posiciones.
La presencia de Reikiavik entre las cinco ciudades más inteligentes demuestra que la importancia del tamaño es relativa. A pesar de que las megaciudades, como Londres, Nueva York, París o Tokio, son las más numerosas en los primeros tramos de la lista, también consiguen buenos resultados ciudades medianas como Ámsterdam, Viena o Copenhague, e incluso pequeñas, como la capital islandesa.
Cómo superar los desafíos
El índice pone de manifiesto que la ciudad perfecta no existe. Solo un selecto grupo de ciudades –entre las que se encuentran Londres, Ámsterdam, Seúl y Viena– es capaz de obtener buenos resultados en casi todas las dimensiones evaluadas.
Muchas otras ciudades punteras, en cambio, pierden la batalla a la hora de intentar equilibrar su desempeño en los distintos ámbitos. Por ejemplo, algunas como Nueva York tienen un gran desarrollo económico, pero están poco cohesionadas socialmente, lo cual puede generar conflictos y tensiones entre los distintos estratos sociales.
En este sentido, las ciudades norteamericanas tienden a destacar más en las áreas económica y de capital humano, mientras que las europeas sobresalen más en ámbitos como la cohesión social, la movilidad y la gestión pública.
Ante los posibles desequilibrios, los autores inciden en que las ciudades deberían tener una visión de conjunto y a largo plazo para establecer las prioridades adecuadas antes de ponerse manos a la obra en la construcción de su futuro.
El informe señala que la colaboración es la piedra angular del éxito. Y defiende la participación ciudadana como herramienta de transformación. Sin una sociedad participativa y activa, cualquier estrategia, por muy inteligente y global que sea, estará destinada al fracaso.
Sobre la investigación
La sexta edición del ICIM recoge el análisis del nivel de desarrollo de 174 ciudades –nueve más que el año anterior– en nueve dimensiones consideradas clave para su progreso: economía, capital humano, cohesión social, medio ambiente, gobernanza, planificación urbana, proyección internacional, tecnología y movilidad y transporte.
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