A pesar de que todo apunta a que ya queda menos para despedirnos del cambio horario -los europarlamentarios acaban de pedir a los Estados Miembros que lleguen a un acuerdo antes de 2021-, este todavía sigue dando que hablar. Y es que el pasado domingo, de madrugada, tuvimos que adelantar el reloj y dormir una hora menos. Un momento que el comparador de seguros Acierto.com ha querido aprovechar para analizar cómo afectará no solo a nuestra salud física y mental, sino también a nuestro rendimiento y hasta a las ganancias de las empresas.
Así y según los datos de la entidad, adelantar el reloj incrementa los riesgos de sufrir hipertensión y migraña e incluso eleva las tasas de suicidio y robo. De hecho hasta la productividad de los trabajadores decrece y se disparan los accidentes laborales. Sobre todo en aquellos puestos más exigentes físicamente, donde las lesiones aumentan en un 6%. Pero, ¿a qué se deben estas consecuencias?
El quid de la cuestión radica en que este cambio altera nuestro ritmo interno y aumenta las posibilidades de que durmamos peor. De hecho, son muchos los encuestados que aseguran que les cuesta más conciliar el sueño durante esa noche y las siguientes, en las que acaban durmiendo menos y peor. Con el consiguiente estrés y consecuencias que esto genera en el organismo. Para más inri, la falta de sueño incrementa el apetito.
Cuando hablamos de accidentes laborales también nos referimos a los que ocurren durante la ida al trabajo, especialmente si se va en coche. Sí, porque las condiciones lumínicas en las que conducimos también cambian. Un hándicap al que se suma la falta de atención causada por la falta de sueño. En definitiva una pescadilla que se muerde la cola y que puede resultar muy peligrosa.
Volviendo a la caída de la productividad, también tiene que ver con la sensación de cansancio que experimenta el trabajador, y con otras alteraciones que puede sufrir nuestro organismo como la falta de concentración, inestabilidad, sensación de debilidad… Unos efectos que pueden alargarse hasta diez días. Además en este caso surge otra duda: si la hora “de menos” ha de retribuirse en los trabajos nocturnos. Los convenios colectivos suelen prever esta situación.
Los españoles, a favor
Con todo esto no es de extrañar que 9 de cada 10 españoles estén de acuerdo con eliminar el cambio horario. Un porcentaje que se encuentra por encima de la media europea, cuyo 85% comulga con hacerlo. Y eso que en nuestro país el ahorro se mueve entre el 0,1% y el 0,5% y que es en otros países donde se nota más.
En cualquier caso, la mayoría apuestan por mantener el horario de verano. El sector turístico y hotelero, de hecho, se vería muy beneficiado, pues tener más horas de luz por la tarde incrementa el consumo y la predisposición a salir a la calle. También se estima que sin el cambio horario se tenderá a las jornadas intensivas, algo que favorecerá la anhelada conciliación trabajo-familia.
Cómo protegerse
Ante este tipo de riesgos comentados es muy importante protegerse. En el caso de los accidentes laborales, se considera como tal aquel percance que sufre el trabajador durante su jornada laboral o cuando se desplaza a su puesto de trabajo desde casa o viceversa -a no ser que se haya producido por imprudencia temeraria-.
Los seguros de accidentes, por fortuna, garantizan a empresarios y empleados una tranquilidad, pues responden ante este tipo de situaciones (y otras como el fallecimiento, invalidez permanente parcial y absoluta, total, etcétera). Los hay de distinto tipo: para colectivos, temporales, centros de enseñanza, seguros de accidentes para convenios colectivos, para directivos -con coberturas concretas según la posición desempeñada- y demás.
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