El pasado mes de julio se registró en los países de la Unión Europea un índice de menor inflación generalizado, un dato que contrasta con la subida de precios del 36 % que la Oficina Europea de Estadística aprecia en la edición de 2018 de su informe anual sobre la economía europea desde el inicio del milenio. En ese mismo estudio, Eurostat especifica que, si bien productos como el tabaco o el alcohol han aumentado su precio desde 2000, la ropa y el calzado se han mantenido estables.
Precisamente son todos estos bienes, junto al transporte, los que destacan por su escaso coste en España respecto a otros Estados del continente. También según datos de la oficina estadística de la Comisión Europea, el mercado de bebidas alcohólicas y de tabaco es el sexto más barato de la eurozona, mientras que el Estado español es donde más económico sale comprar moda. De hecho, le siguen solo países con moneda propia, como Polonia, Reino Unido o Rumanía.
El análisis de Eurostat también constata, por ende, que los españoles tienen una industria de la moda más accesible que sus vecinos del Mediterráneo. Italia es, de entre ellos, el país donde comprar ropa y calzado sale más caro. Por otro lado, la posición de España en el ranking de países con moda más barata ha bajado trece puestos respecto a la clasificación del año 2003.
Pese a tener las tiendas low-cost más asequibles de la zona euro, España se sitúa algunos puntos por debajo de la media de la Unión Europea en cuanto a gasto doméstico en prendas de vestir. Mientras que el promedio de lo que se gasta una familia europea en ropa es el 5 % de su desembolso total, los hogares españoles solo destinan un 4,4 %. Quienes dedican una porción más grande de su presupuesto a moda son, en cambio, los búlgaros, los portugueses y los italianos.
La comodidad añadida, la falta de tiempo y la posibilidad de encontrar ofertas exclusivas hacen que cada vez sean más los consumidores que prefieran hacer sus compras de moda también por Internet. De hecho, se calcula que en 2017 más de 9 millones de españoles −casi la mitad de ellos, mujeres− compraron al menos una prenda de ropa en plataformas online similares a Lyst o ShopStyle, que ofrecen las mejores marcas a los mejores precios.
Todo ello hace que el peso de las ventas en línea del comercio textil español también suba. En concreto, se considera que el 4,3 % de la facturación total proviene de las compras por Internet. Eso no quita que sigan siendo muchos los que todavía prefieran adquirir sus productos en tiendas físicas, y más si tenemos en cuenta lo descrito anteriormente: que en España sale más barato. Así lo corroboran los datos de la empresa Alphawise y el caso de compañías como Zara.
La gran firma española de Inditex tiene unos precios muy dispares alrededor del mundo. En Francia, Italia y Alemania resulta un 23 % más caro comprar uno de sus artículos, mientras que en el Reino Unido cuesta el 50 % más y el precio en Estados Unidos es casi el doble. Lo mismo ocurre con otras cadenas nacionales como Mango, donde un mismo abrigo en Barcelona puede costar 99 euros; en París, 119 euros; y en Londres, 119 libras, que equivalen a unos 130 euros.
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